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Descubren un agente natural que pronostica el daño cerebral tras un ictus

La interleuquina-10, un antiinflamatorio natural que producen las células inmunitarias del organismo, podría tener un importante efecto neuroprotector tras la aparición de un ictus (accidente vascular cerebral). Los pacientes que han sufrido un ictus y tienen mayores niveles de interleuquina-10 experimentan un menor daño en el cerebro, por lo que esta sustancia puede considerarse un factor pronóstico del ictus, según un trabajo realizado por investigadores españoles que publica la edición electrónica de la revista Stroke.

Los síntomas neurológicos tras un ictus empeoran a los pocos días en un tercio de los pacientes, según explica Ángel Chamorro, neurólogo del Hospital Clínico de Barcelona y uno de los autores del trabajo. Aunque se sabe que este empeoramiento aumenta directamente el riesgo de muerte y la discapacidad a largo plazo, los científicos saben poco sobre sus causas. "Este estudio refuerza la idea de que los procesos antiinflamatorios desempeñan un papel principal en la isquemia aguda y sugieren que la interleuquina-10 puede tener un posible efecto neuroprotector en los síndromes vasculares agudos", afirma Chamorro.

Los bajos niveles de interleuquina-10 se asocian con un mayor daño neurológico

Los resultados de la investigación revelan que los pacientes que tenían menores niveles de interleuquina-10 en las horas inmediatamente posteriores al ictus eran tres veces más propensos a sufrir un empeoramiento neurológico. El estudio se realizó con 231 pacientes que habían sufrido un infarto isquémico (causado por la obstrucción de una vaso sanguíneo del cerebro) más otros 43 pacientes ingresados en el hospital sin síntomas neurológicos, que sirvieron de grupo de control.

Un ictus o accidente cerebrovascular puede producirse por un coágulo que obstruye el vaso sanguíneo (ictus isquémico) o por una rotura de dicho vaso (ictus hemorrágico). El resultado final es el mismo: una zona del cerebro queda privada de riego sanguíneo. Si la privación es severa y prolongada se produce, como consecuencia del ictus, un infarto cerebral, es decir, la muerte de las células que han dejado de recibir aporte sanguíneo. Como consecuencia de todo ello se puede producir la muerte del paciente o alguna discapacidad.

Estos resultados preliminares no tendrán por el momento una aplicación clínica inmediata. Pero sí justifican, en opinión de los investigadores, la realización de ensayos clínicos con agentes farmacológicos que potencien la acción antiinflamatoria de la interleuquina-10.

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