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Iberia estudia reducir un 10% sus vuelos si hay guerra en Oriente Próximo

La oferta de la aerolínea puede disminuir hasta el 20% en trayectos nacionales y europeos

Las compañías aéreas europeas se preparan para vivir otro año difícil. La crisis económica ha echado por tierra las esperanzas de recuperación, mientras el conflicto con Irak agrava la situación. Si hay guerra, Iberia podría reducir temporalmente su oferta gobal un 10%, algo más que tras el 11-S, y hasta el 20% en Europa y vuelos nacionales. Varias compañías, además de la española, han anunciado ya el retraso en la recepción de nuevos aviones y la reducción de vuelos, y otras plantean medidas que afectan al salario y al empleo.

El recorte de gastos que las compañías europeas acometieron el año pasado no ha sido suficiente para que el sector pueda mirar el futuro con tranquilidad. Pese a que durante el último trimestre de 2002 se creía que lo peor había pasado, los débiles datos de tráfico de diciembre y enero hacen presagiar lo peor. Animadas por unas expectativas que ahora se desvelan erróneas, las compañías aumentaron paulatinamente su oferta el año pasado, y ahora se encuentran con sobrecapacidad y caídas en sus ingresos medios de hasta el 15% por la menor rentabilidad por pasajero y kilómetro transportado y el descenso de la ocupación.

El ambiente prebélico ha complicado aún mucho más la situación. Antes de estallar, la guerra ya ha dejado secuelas. Iberia, "en vista de las incertidumbres que la situación prebélica está creando", ha decidido retrasar la incorporación de tres aviones de la familia Airbus A320, cuya entrega estaba inicialmente prevista para el primer semestre de este año. Estaban destinados a reforzar las rutas europeas, unas de las que más están sufriendo. En enero pasado, mientras el tráfico, medido en pasajeros por kilómetro transportado, creció un 1,5% en la red internacional de medio radio, la oferta creció el 8,4%, lo que provocó que el coeficiente de ocupación cayera en 3,4 puntos frente al mismo mes del año anterior.

La compañía piensa que, ante la situación creada, no hay más remedio que reducir la oferta. Si hay guerra, Iberia se plantea recortar temporalmente su oferta global de vuelos hasta el 10% -algo por encima de lo realizado tras el 11-S-, porcentaje que en Europa y España podría llegar hasta el 20%, dado el menor nivel de ocupación que registran esos vuelos frente a los intercontinentales. A América "los aviones van llenos", dicen en la compañía, que da datos de ocupación en enero que varían desde el 79,5% alcanzado en el Atlántico norte al 87% en el Atlántico sur.

Este conflicto puede provocar, incluso, que Iberia deje aparcados aviones en tierra, algo que no sucedió tras el 11-S porque entonces la compañía disfrutaba del wet lease, los aviones alquilados con tripulación, y bastó con anticipar la cancelación del contrato y retrasar la llegada de pedidos para reducir la oferta. Ahora, la cosa será distinta. La compañía cree que el conficto provocará una fuerte caída de la demanda, superior a la horquilla de entre el 5% y el 15% que prevé la IATA, la asociación internacional que agrupa a 230 compañías.

También Air France ha empezado a tomar medidas. Ha anunciado el aplazamiento en la entrega de dos aviones de largo recorrido (A330), cuatro aviones de medio (A320) y dos jets de 50 asientos en las filiales regionales, y en verano retirará los B767. La alemana Lufthansa, por su parte, va a retirar 31 aviones de la compañía matriz y 15 de las filiales regionales. Además, ha anunciado la congelación de salarios. Sus ingresos en enero han quedado por debajo, incluso, de enero de 2002, cuando los efectos del 11-S aún eran muy evidentes.

La holandesa KLM también adelanta que reducirá capacidad a partir de abril. La finlandesa Finnair recortará su capacidad un 5% hasta junio y la escandinava SAS ha anunciado "nuevos ajustes estructurales" y que no repartirá dividendo. En cuanto a British Airways, que resultó muy afectada por el 11-S, está reduciendo sus vuelos a la zona del golfo Pérsico, al tiempo que su presidente ha manifestado que no espera un crecimiento de los ingresos este año. Por último, la helvética Swiss suprimirá 700 empleos y 20 aviones de la flota para ajustar su dimensión.

Un avión de Iberia, en una de las pistas del aeropuerto de Barajas.
Un avión de Iberia, en una de las pistas del aeropuerto de Barajas.ULY MARTÍN

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