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MERCADOS

Equilibrio entre tensiones

La Bolsa apenas se mueve mientras espera soluciones

Los mercados de valores han conseguido en el último mes un discreto equilibrio entre las amenazas de guerra, las posibilidades de arreglo pacífico y una situación económica preocupante. El Ibex 35 termina febrero con una subida del 0,87%, aunque en la semana ha perdido el 0,72%.

Los índices de la Bolsa muestran, al cierre de febrero, una tranquilidad que no refleja en absoluto el ambiente que se vive en los mercados. La situación geopolítica ha traído, y trae, de cabeza a los inversores y ha propiciado una serie de vaivenes que han terminado en tablas.

El Ibex 35 cierra este mes con un avance del 0,87% a pesar de que perdió el 0,72% en la semana. Incluso el resultado acumulado en el año, un descenso del 0,62%, induce a pensar en una situación de calma, una especie de paréntesis que, sin embargo, se está muy lejos de vivir.

Dependiendo de los gestos de Irak o de los de Estados Unidos, las bolsas han mostrado a lo largo de este mes aspectos muy diferentes, hasta el punto de que el Ibex 35 sumaba una ganancia del 2,42% el pasado día 18 y tan sólo ocho días después acumulaba un descenso del 3,95%. Los inversores se han dejado llevar por el ambiente en todo momento, pero siempre teniendo en cuenta que la situación económica actual es mala y que su futuro depende en buena parte del resultado de las tensiones entre Estados Unidos e Irak.

La publicación de los resultados del pasado ejercicio por parte de un buen número de empresas españolas ha servido para recordar que los aspectos de la crisis son muy diversos y que pasan factura en cualquier parte del mundo. Las enormes pérdidas anunciadas por Telefónica, la caída en los beneficios de Endesa y de los bancos Santander Central Hispano y Bilbao Vizcaya Argentaria, o los resultados extraordinarios de Repsol YPF, plantean muchas dudas de cara al futuro, aunque en el parqué madrileño se afirmaba que "después de esos datos, cualquier cosa que publiquen ahora va a ser buena".

Si hay algo que haya destacado especialmente en esta semana ha sido la espectacular caída en la confianza de los consumidores estadounidenses en este mes de febrero. Con una situación laboral débil y unos precios de los carburantes similares a los de la guerra del Golfo, la población de Estados Unidos desconfía hondamente y traslada ese descontento a su actividad, incluida la Bolsa, que ahora más que nunca está actuando de referencia obligada para el conjunto de los mercados europeos.

Otra de las referencias, ésta positiva, es la posibilidad de que el BCE decida próximamente recortar los tipos de interés para tratar de reactivar la economía, sobre todo tras el descenso de una décima de la inflación en enero.

Al final, todo depende de la posibilidad de que la guerra no llegue a producirse, pues sólo entonces podrán los inversores volver a lo suyo.

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