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Una junta marcada por las cuentas secretas

González afirma que la "contundente respuesta" al problema ha dado una enorme fuerza a la imagen del Banco

Íñigo de Barrón

Ante 1.285 accionistas, buena parte de ellos empleados de la entidad, Francisco González reconoció los "problemas de reputación" que ha sufrido la entidad en referencia al escándalo de las cuentas secretas en paraísos fiscales que provocó la marcha de 17 consejeros del banco en 2002, incluidos el copresidente Emilio Ybarra y el vicepresidente Pedro Luis Uriarte. Estos hechos "ocasionaron un deterioro apreciable" en la imagen del banco, según González, si bien la "respuesta contundente" con la que afrontó el problema el BBVA "ha provocado que recuperemos nuestra imagen con una fuerza enorme".

Para septiembre pasado, el BBVA, según datos del presidente, volvió a situarse a la cabeza del sector, "donde continúa desde entonces". El camino para resolver el problema fue, según la entidad, colaborar con la justicia, explicar los hechos, así como informar a los clientes, empleados y accionistas. González comentó que se han establecido "una serie de mecanismos de seguridad que impiden que en el futuro se puedan producir situaciones de este tipo". Un asistente acreditado como periodista profirió gritos contra el banco, al que acusó de financiar el conflicto bélico en Irak. El joven fue expulsado rápidamente del Palacio de Euskalduna, donde se celebraba la junta.

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Más aclaraciones, en privado

En el turno de preguntas, un accionista le pidió que explicara con detalle lo que había ocurrido durante el escándalo y se le interrogó sobre si conocía los hechos. El máximo responsable del BBVA negó ser "cómplice" de esta situación, y dijo que no quería extenderse sobre este asunto porque no era bueno para el banco. "Si quiere más aclaraciones, llámeme y hablaremos en privado", afirmó.

La junta estuvo marcada por las duras críticas de la mayoría de las intervenciones, que se refirieron a los resultados del banco, los sueldos de los consejeros, el incumplimiento de los objetivos y el perjuicio que les ha provocado en la cotización. El beneficio, en el que tuvo mucha influencia la crisis latinoamericana, ha caído el 27,3%, mientras que el dividendo lo ha hecho en un 9,1%. En 2002, el banco se ha comportado en Bolsa peor que el Ibex 35 y ha perdido el 31,6% del valor de sus acciones, a lo que añadir un 15% adicional en los dos primeros meses de 2003. Ahora cotiza al nivel del verano de 1998.

En el mismo tono crispado y a la defensiva, algo a lo que no están acostumbrados los accionistas, González fue respondiendo a todas las preguntas menos a las que hacían referencia a la petición de reducir los salarios que perciben consejeros y directivos en línea con la caída del dividendo. El presidente del BBVA no hizo ninguna referencia a cuestiones políticas (no habló de la situación prebélica en Irak ni del terrorismo de ETA) o macroeconómicas como en discursos anteriores. A los accionistas que se quejaron de la caída de la cotización les recordó que las telecomunicaciones han perdido el 70% de su valor y les aconsejó que sindicaran sus acciones si su interés era el de tener mayor fuerza.El año pasado, el presidente anunció que los objetivos de la entidad eran incrementar un 10% el beneficio por acción (ha caído un 27,3%), situar la rentabilidad de los recursos propios (ROE) en el 19% (está en el 13,7%) y que la eficiencia del grupo estaría por debajo del 50%. Este objetivo lo ha cumplido con creces, ya que la ratio mejoró hasta el 47,2%. Un accionista pidió cuentas por esta situación, a lo que el presidente respondió que "no somos magos. No podemos hacer milagros. Si cae la cotización de las divisas de América Latina y el beneficio que aportan las participadas, no se puede hacer nada". Para 2003 el BBVA no ha hecho público ningún objetivo.

Otra de las quejas hizo referencia a "los resultados desastrosos del BBVA". La respuesta fue que el beneficio ha caído menos que la media de las grandes compañías internacionales y negó que la entidad hubiera iniciado una estrategia "de gigantismo. Al contrario, es la primera vez en cinco años que disminuye el tamaño de la entidad". Por otra parte, González anunció que el banco había destinado a ajustes extraordinarios 427 millones de euros.

También hubo peticiones para acabar con todas las medidas de blindaje de la entidad frente a las OPA hostiles, a lo que respondió González que "las principales ya están quitadas" (en referencia a la eliminación del límite del 10% de derecho de voto), aunque se conservan otras como que para cambiar al presidente sea necesario el voto de las tres cuartas partes del consejo. González calificó las medidas anti OPA que se mantienen como "menos importantes".

Apuesta por México

Por su parte, el consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, destacó la fortaleza del grupo financiero BBVA Bancomer en México y al "enorme músculo" que ha demostrado la banca comercial en España. Goirigolzarri explicó que tanto España como Latinoamérica tienen un "amplio potencial de crecimiento", aunque en esta última área, precisó, habría que diferenciar México del resto de países.

El consejero delegado explicó también la operación llevada a cabo por el banco en Brasil, donde vendió su filial, BBV Banco, a Bradesco a cambio de 585 millones de dólares en efectivo y una participación en la entidad brasileña del 4,5%. Goirigolzarri dijo que "la escasa masa crítica" de BBV Banco condicionaba la posibilidad de alcanzar los estándares exigidos por el Grupo BBVA y añadió que, cuando se formalice la operación, el banco se convertirá en el mayor accionista financiero de Bradesco. "Este acuerdo asegura la presencia del Grupo BBVA en Brasil a través de la participación en el capital del mayor banco privado brasileño", añadió.

En el resto de América Latina, comentó, BBVA ha creado "una magnífica imagen de marca unificada y una plataforma tecnológica común", así como un modelo de negocio adaptado a las peculiaridades de cada país que determinan las diferentes necesidades de sus clientes.

Tras la junta, tuvo lugar la tradicional comida de los consejeros a la que, en esta ocasión, estaban invitados los 17 miembros que dejaron el banco tras el escándalo de las cuentas en paraísos fiscales. De ellos, sólo Alfonso Cortina, presidente de Repsol, acudió a la junta. Al almuerzo sí asistieron algunos de los ex consejeros de Argentaria. Entre los consejeros que pertenecieron al antiguo BBV, estuvieron presentes José Recio y José Antonio Sáenz Azcúnaga.

Francisco González, durante su intervención en la junta de accionistas celebrada ayer en Bilbao.
Francisco González, durante su intervención en la junta de accionistas celebrada ayer en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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