El beneficio de las cajas andaluzas creció un 6% en 2002, mientras bajó tres puntos la media española

El beneficio consolidado de las seis cajas de ahorros andaluzas aumentó en 2002 casi un 6%, frente a un descenso de la media del sector en España de casi tres puntos y una bajada del 12% del conjunto de la banca española. Fue un año "satisfactorio" en opinión del presidente de la Federación de Cajas, Braulio Medel. Sin embargo, este ejercicio será más difícil por las incertidumbres de la economía, y habrá menores márgenes. Además, las cajas deben afrontar el proceso de reforma de sus estatutos y la elección de nuevos órganos de gobierno.

El resultado que arroja el ejercicio de 2002 supone un crecimiento de los beneficios del 5,9%, según los datos publicados esta semana por la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA). Un balance que es considerado "satisfactorio" por el presidente de Unicaja y de la Federación de Cajas de Andalucía (FCCA), Braulio Medel.

Este aumento de los beneficios de las entidades financieras andaluzas contrasta con un descenso del 2,8% de la media de las cajas en España y con un comportamiento del conjunto de la banca aún peor: un 12,1% menos de beneficios que en el año anterior.

Medel pronostica un año 2003 "difícil" para las cajas andaluzas, porque "algunos interrogantes, como la posibilidad de una guerra en el Golfo, hacen difícil saber cómo va a evolucionar la economía".

Fin del crecimiento

En todo caso, el presidente de la FCCA subraya algunas certezas: "Hay indicadores que nos dicen que se ha terminado el largo período de crecimiento sostenido que se inició a mitad de los años noventa. Cuando la economía se debilita, aumenta la morosidad, y con unos tipos de interés que están muy bajos, el margen de intermediación va a crecer la mitad que el año pasado, según la estimación que hace la CECA", expone.

En este campo, las cajas andaluzas (que arrojaron un 12,7% de margen) también han tenido mejor comportamiento que la media española (que obtuvo sólo 8%). El presidente de La General, Antonio Claret García, reconoce que "2003 va a ser difícil para todos, se van a estrechar los márgenes y va a aumentar la competencia, porque grandes bancos como el Santander o el BBVA van a volver los ojos al mercado tradicional".

Ante el hundimiento de la Bolsa, el ahorro en España se ha desplazado en los dos últimos años hacia la vivienda. El capítulo que más ha crecido en el volumen de negocio de las cajas regionales ha sido el de los créditos hipotecarios y los créditos al sector inmobiliario en general, que ya suponen más de la mitad de los préstamos concedidos por estas entidades. Según la estadística de la CECA, el volumen de negocio conjunto de las seis cajas ha crecido un 15%, hasta situarse en 70.336,3 millones de euros.

La inversión crediticia de estas entidades ha aumentado un 17,4% el año pasado. Los 33.160,3 millones en créditos se reparten entre privados residentes (94,6%), administraciones públicas (4,2%) y privados no residentes (1,2%). Un 56,5% de los créditos concedidos a los privados residentes han sido para viviendas, construcción inmobiliaria o rehabilitación.

La época de vacas flacas que parece avecinarse supondría que los mayores gastos de explotación y el aumento de la tasa de morosidad no serían absorbidos por el crecimiento del negocio y de los márgenes, como ocurre en los períodos de bonanza económica. En una economía más débil hay mayores riesgos.

Vigilar la morosidad

Antonio Claret García celebra que "la morosidad sigue siendo bajísima", pero reconoce que "habrá que vigilarla estrechamente en la nueva situación". Esto no parará el proceso de expansión que todas las cajas están realizando actualmente. Las 88 nuevas oficinas del año pasado serán sobrepasadas en este ejercicio: sólo La General tiene previsto abrir 26 sucursales, según apunta su presidente.

Las cajas no están pensando ahora en concentraciones, pero sí en aumentar su cooperación en diversos capítulos. "Desde las fusiones de los años ochenta, quizá éste sea el momento en el que la voluntad de colaborar es más clara", asegura Medel.

Los dirigentes de las cajas ya han establecido varias líneas en las que una asociación es posible: compartir servicios o sistemas informáticos -con una central de compras que abarate costos-, tener una red común fuera de Andalucía, actuar en la práctica como una entidad única para la Junta o algunos clientes institucionales públicos o privados, e intensificar los proyectos de participaciones empresariales.

En alguno de estos apartados no se parte de cero: las cajas actúan ya como tesorería común de la Junta para los fondos agrarios; y en algunas empresas agroalimentarias como Koipe/SOS o Puleva/Ebro ya se actúa mancomunadamente.