Botella elude dar su apoyo a la niña violada que abortó en Nicaragua

"Prefiero ni planteármelo". Ésta es la reflexión que le merece a Ana Botella, esposa del presidente, José María Aznar, y número tres de las listas del Partido Popular en las próximas elecciones municipales de la capital, el caso de la niña nicaragüense de nueve años que fue sometida a un aborto terapéutico después de quedar embarazada por una violación. Los padres de la niña, y todas aquellas personas que apoyaron la solución del aborto, han sido excomulgadas por las autoridades de la Iglesia católica.

Botella, que aspira a convertirse en concejal de Asuntos Sociales si el PP gana las elecciones de mayo, zanjó tan espinoso problema, durante una entrevista en la cadena Cope, argumentando que se trata de "una situación límite" y "tan difícil" que es "una de esas situaciones en las que la vida no te suele poner". Ante la pregunta de qué hubiera hecho ella en caso de ser la madre de la niña violada, se limitó a responder: "Prefiero ni planteármelo".

La número tres de los populares se extendió mucho más al comentar que, si llega a asumir una concejalía, dará prioridad a las mujeres, a los inmigrantes y a las personas mayores. Botella aseguró que se esfuerza por mantenerse anclada en la realidad, aunque reconoció que le resulta más difícil hacerlo desde el Palacio de la Moncloa. "Piso el mundo real. No voy al mercado, pero voy al cine, al teatro, ando por la calle y he viajado en todo tipo de transporte público", aseguró.

Como antídoto al consumo de alcohol en la vía pública por grupos de jóvenes durante el fin de semana -fenómeno conocido como botellón- propuso "proporcionar otras maneras de diversión" y educar en hábitos saludables desde el ámbito familiar.