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"Se están recuperando, pero están muy agotados"

Los médicos responsables de la recuperación de los seis inmigrantes internados en los dos hospitales de Santa Cruz de Tenerife han prolongado la estancia de éstos en sus habitaciones antes de entregarlos a las autoridades, que preparan una investigación judicial para aclarar las muertes que, según afirman los náufragos, se produjeron en la patera, y la apertura paralela de un procedimiento de expulsión.

"Se están recuperando de su debilidad, pero están totalmente agotados. No pueden caminar ni 50 metros seguidos. Nos han pedido doble ración de dieta normal [ayer fue pescado con mojo de cilantro, puré de verduras y natillas], pero aún tienen muchas erupciones en la piel", explica Manuel Sánchez, subdirector médico del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Sánchez apunta: "Si los náufragos tuvieran un familiar o alguien que cuidara de ellos, podríamos darles el alta ahora mismo, pero la incertidumbre sobre dónde irán a parar nos aconseja dejarlos aquí entre 24 a 48 horas más para que se repongan del todo antes de entregarlos a las autoridades".

Muy débiles

Cuando habla de los supervivientes y de su mejoría, el internista se refiere a los cinco hombres. La mujer, Sangare, evoluciona mucho más lentamente y será, con toda probabilidad, la última en salir del hospital. Juan Carlos Moreno, internista del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, comentó que Yazee, Daniel y Mamadú no han desarrollado ninguna enfermedad ni necesitan medicación adicional, pero siguen muy débiles y tienen erupciones en las nalgas, producto de las rozaduras al estar sentados tanto tiempo.

"Están perfectamente conscientes, orientados y comen bien; son pacientes muy llevaderos", añade el médico, que destaca que han sido tratados "como unos pacientes normales" al margen "de la alarma social que ha despertado su caso".

Bubakaré, Sulemán y Sangare serán sometidos en el HUC a todo tipo de análisis y placas durante las próximas horas. A uno de ellos le ha sido detectada una leve lesión hepática, y a otro una pequeña infiltración en el pulmón. A la mujer le diagnosticaron diabetes, ahora controlada mediante inyecciones diarias de insulina.

El estado mental de todos los internos "es normal", a pesar del drama que han vivido. Los médicos también les practicarán pruebas oftalmológicas. "Aquí no se trata de rehidratarlos y echarlos a la calle", advirtió Manuel Sánchez, "sino de entregarlos en el mejor estado posible para que no tengan que volver a un hospital en los próximos días".

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