Los músicos y los dueños del local se culpan de la tragedia de Rhode Island
El número de víctimas del incendio en la discoteca llega a 96
Los bomberos de West Warwick, en Rhode Island, creen haber rescatado ya todos los cadáveres de entre las ruinas del club nocturno The Station. Son 96 muertos en total, casi todos irreconocibles. Sólo 9 han podido ser identificados por sus familiares. El resto será sometido a pruebas de ADN y a exámenes de dentadura en los próximos días. Quedan 35 personas hospitalizadas en estado grave o crítico.
Además de las víctimas, queda la pregunta sin respuesta: ¿quién tuvo la culpa del incendio? El grupo de música Great White, uno de cuyos miembros figura entre las víctimas, mantiene que disponía de la autorización de los dueños del local para utilizar la pirotecnica cuyas chispas provocaron el fuego. Los dueños de The Station aseguran que no tuvieron ningún conocimiento previo sobre el uso de pirotecnia. La fiscalía de Rhode Island estudia la posibilidad de presentar cargos por asesinato, homicidio o asalto.
"La gama de acusaciones puede ser muy amplia, desde el asesinato al simple asalto, pero sólo estamos iniciando la investigación", dijo ayer Patrick Lynch, fiscal general del Estado de Rhode Island.
Todo se centra en los fuegos de artificio, que prendieron el material aislante que cubría la pared posterior al escenario ya en la primera canción del concierto. Las llamas se propagaron con enorme velocidad por el techo y desprendieron un humo tóxico que causó el pánico entre las casi 300 personas aglomeradas en el pequeño local nocturno. El desastre duró muy poco. Todo terminó en apenas tres minutos. Quienes no pudieron huir al principio quedaron atrapados, porque la multitud se agolpó en la puerta principal y la bloqueó. Había varias salidas de emergencia que sólo unos cuantos utilizaron.
"Más que un error"
"Usar pirotecnia en un local como ése, antiguo, de madera y con el techo bajo, fue una locura. Calificarlo de error sería quedarse corto", declaró Leo Constantino, uno de los concejales de la ciudad industrial de West Warwick.
"Ninguna autorización fue solicitada en ningún momento por la banda o sus representantes, con el fin de utilizar fuegos de artificio en el espectáculo, y ninguna autorización fue concedida", aseguró Kathleen Hagerty, abogada de los propietarios de The Station, los hermanos Michael y Jeffrey Derderian. Ed McPherson, abogado de los músicos, afirmó, sin embargo, que la banda disponía de "permiso verbal" para encender las bengalas. El cantante de Great White, Jack Russell, insistió por su parte en que su representante, Dan Biechele, había comprobado antes del comienzo del concierto que los Derderian conocían el espectáculo pirotécnico y lo aprobaban.
La versión de los músicos se vio corroborada por los dueños de otros locales en que habían actuado recientemente, los cuales dijeron que habían sido consultados con antelación. Sólo uno, el propietario de un club de Nueva Jersey, dijo haber quedado sorprendido al ver las bengalas en su escenario porque nadie de Great White le había avisado de que pensaban encenderlas.
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