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AMENAZA DE GUERRA | La cumbre de Tejas

Aznar: "No se puede dejar que Sadam administre la paz"

El presidente de EE UU, George W. Bush, presenta a España como "un aliado firme y fiable"

ELPAIS.es

La resolución sobre Irak que Estados Unidos, Reino Unido, España y probablemente Italia, según indicó ayer el presidente norteamericano, George W. Bush, presentarán "a comienzos de la próxima semana" en la ONU será "la última de una larga serie" y exigirá a Sadam Husein que "se desarme completamente" si quiere evitar el ataque. El presidente del Gobierno, José María Aznar, añadió que "es claro que el tiempo no es indefinido, es corto", antes de que Bush emplazara al Consejo de Seguridad a aprobarla con estas palabras: "El Consejo demostrará ahora si habla en serio".

El presidente norteamericano dijo aún: "Al Consejo le queda sólo una cosa que hacer: decir si Sadam Husein es culpable o no. La resolución 1.441 no pedía esbozo de progreso ni concesiones menores, sino el desarme pleno e inmediato de Sadam Husein. Eso es lo único que tiene ante sí el Consejo". Por el tono general de la intervención del norteamericano, quedan pocas dudas de que un veto de Francia o el desacuerdo de los 15 miembros del Consejo pudieran evitar el ataque.

Bush: "Esos misiles son sólo la punta del iceberg. ¿Por qué no destruye todas sus armas, como se le pide?"
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No obstante, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se mostró optimista, por lo que al procedimiento se refiere. "También se plantearon dudas en noviembre, y al final la 1.441 fue aprobada por 15 a cero. Creo que la claridad de hace dos meses se va a seguir produciendo", añadió. En cuanto a la sustancia, Bush dejó, en cambio, pocas dudas de lo que prevé: "Sadam Husein va a jugar a que quiere desarmarse, pero no tiene ninguna intención de hacerlo", afirmó.

El presidente federal descartó, en consecuencia, que el anuncio hecho ayer por las autoridades de Bagdad de que están dispuestas a destruir sus misiles de alcance medio que violan las condiciones de la ONU sea significativo o indique que un avance en el proceso de las inspecciones. "Esos misiles son sólo la punta del iceberg. ¿Por qué no destruye todas sus armas como se le pide? Sadam Husein quiere tiempo, y creo que lo consigue, porque lleva mintiendo más de 12 años. La idea de que destruya uno o dos cohetes no tiene sentido".

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El presidente español señaló que "no se puede dejar que Sadam Husein administre la paz mundial que él amenaza", y apostilló: "La [resolución] 1.441 dice ya que se trata de la última oportunidad, y esto quiere decir que el tiempo no puede ser largo, porque ya se le ha dado la última oportunidad. Si ahora dijéramos que el tiempo es infinito, sería una risa. Nadie nos tomaría en serio, y sería el peor mensaje que podríamos mandar para la paz internacional".

Aznar quiso, en ese clima de consenso, subrayar que había aprovechado el fin de semana para insistirle al presidente norteamericano en la importancia de seguir contando con el apoyo de la ONU. Y así, como habían anticipado sus colaboradores, insistió ante la prensa en que "competen al Consejo de Seguridad los esfuerzos de la comunidad internacional para mantener la paz y la seguridad internacionales".

"La comunidad internacional ha depositado esa responsabilidad en el Consejo", prosiguió, "y por eso nuestra tarea es trabajar para lograr el consenso más amplio posible que dé fuerza" a la posición común.

Aznar, no obstante, evitó cualquier sombra de crítica al amigo americano, cuya conducta alabó explícitamente. "Escucho muchos mensajes acerca de acciones unilaterales, pero tengo que decir que el presidente Bush y sus aliados lo que estamos haciendo es trabajar intensamente en la ONU".

Bush reiteró: "Hay una oportunidad de que el Consejo de Seguridad demuestre su relevancia, y creo que va a hacerlo".

El tono general de la reunión, que luego se amplió en una conversación telefónica a cuatro, con el primer ministro británico, Tony Blair, y el italiano, Silvio Berlusconi, fue de celebración de una estrecha alianza. El norteamericano presentó a España como "un aliado firme y fiable", del que destacó que "ha capturado a miembros del Al Qaeda y sigue compartiendo inteligencia de vital importancia" con Estados Unidos. Aznar, añadió: Bush "es un aliado y valoro enormemente sus consejos".

"España apuesta con toda claridad por la fuerza del vínculo trasatlántico", dijo el presidente del Gobierno, "y eso nos compromete con un papel activo que contribuya a responder adecuadamente a la amenaza para la paz y la seguridad internacional que representa Sadam Husein". "La cooperación entre Estados Unidos y España contra el terrorismo es máxima, y quiero agradecer especialmente a Bush su compromiso en este asunto", añadió.

Aznar resumió el resultado de sus conversaciones con Bush en los siguientes puntos: "Estamos de acuerdo", dijo, "en luchar juntos por un mundo libre de la amenaza del terrorismo; estamos trabajando para que el Consejo de Seguridad logre una resolución con el máximo apoyo; nuestro objetivo es el desarme de Irak y que Sadam Husein cumpla las resoluciones; la legalidad internacional tiene que ser cumplida y esto exige reforzar la presión sobre el régimen iraquí y fortalecer el consenso en el seno del Consejo; es claro que el tiempo es escaso".

George W. Bush recibe a José María Aznar en su rancho de Crawford en la noche del viernes (madrugada de ayer en España).
George W. Bush recibe a José María Aznar en su rancho de Crawford en la noche del viernes (madrugada de ayer en España).EFE

La guerra antiterrorista, vista desde Tejas

Tejas, la reserva petrolera y agrícola de EE UU, es hoy también una gran encrucijada de autopistas con sus camiones rutilantes, rancheras y moteles desapacibles de moquetas holladas por turbios rastros de tanta fuga anónima. Las escasas concentraciones urbanas son centros comerciales sembrados de Burger King, Pizza Hut y McDonald que atienden a una población cuya renta per cápita (26.525 dólares) casi dobla la española. El 15,10% de sus habitantes vive, sin embargo, por debajo del nivel de pobreza. Un 31,99% de ellos son hispanos.En ese paisaje de huida cinematográfica, a pocas millas de Waco, donde la secta de los davidianos masacró hace una década a su clientela, el rancho de los Bush -Prairie Chapel (La Capilla de la Pradera)- se extiende sobre unas 700 hectáreas. Valorado a precios de mercado entre un millón y medio y dos millones de dólares, además de un lago artificial, una piscina y una cascada, incluye "equipos de comunicación y videoconferencia que le permiten a George W. Bush dirigir desde el rancho la actual guerra contra el terrorismo". Todo esto, según datos de la documentación oficial de la visita preparada por la Embajada de España en Washington.Las medidas de seguridad son, sin embargo, menos agobiantes que en Camp David, la residencia estatal próxima a la capital donde Bush practica también la diplomacia distendida, y apenas alguna antena parabólica rompe el paisaje llano y naturalmente bucólico de este rincón tejano.La Capilla de la Pradera, muy distinta de la finca de Quintos de la Mora -propiedad del Estado español, donde Aznar recibió por primera vez a Bush y que el presidente norteamericano sigue recordando, según dijo ayer, como "el rancho del presidente" del Gobierno-, consta de la residencia principal, de unos 900 metros cuadrados sobre una sola planta, y de otra contigua para invitados, más pequeña. En ésta, decorada en tonos verdosos con cuadros de motivos hispanos, pernoctó el viernes el matrimonio Aznar. El asesor del presidente en política internacional, Alberto Carnero; el secretario de Estado de la Presidencia, Javier Zarzalejos, y el de la Oficina del Portavoz, Alfredo Timermans, lo hicieron en otro edificio.La consejera de Seguridad Nacional del presidente norteamericano, Condoleezza Rice, y Carnero participaron en la cena de los líderes y sus esposas. Se sirvió ensalada de langostinos, carne asada y tarta de manzana con nueces de tecán. No consta que los invitados pudieran beber vino. Bush lo dejó hace muchos años. A Aznar le gusta en las comidas. Poco después de las diez de la noche, se acabó el festejo.Ayer, madrugaron los dos líderes para desayunar por separado sobre las ocho y media, y se reunieron a las nueve. Hubo un pequeño paseo por el campo antes de la rueda de prensa que, sobre las once y media, precedió al almuerzo que puso fin al encuentro.Crawford, "casa de George Bush", según un gran cartel con la fotografía del presidente que hay a la entrada de la aldea, es la sede de una diplomacia selecta. Ser invitado al rancho es una distinción, ya que los únicos líderes que lo habían pisado hasta ahora son el primer ministro británico, Tony Bair; el ruso Vladímir Putin; el presidente chino, Jian Zemin, y el príncipe Abdalá de Arabia Saudí.

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