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Reportaje:

Una exposición con muchos huevos

El Museo de Zoología exhibe 350 lámparas confeccionadas por artistas y profanos con cascarones de avestruz

La palabra huevo es curiosa. Tanto en catalán, ou, como en castellano la cadencia de sus letras va ligada al aspecto externo del objeto. En las últimas semanas, unas 450 personas han estado pensando en esa palabra, en un huevo de avestruz muy concreto y en la manera de convertirlo en una lámpara para participar en un concurso organizado por la asociación cultural Levide. El resultado son 350 lámparas realizadas con uno, dos y hasta seis huevos; circunstancia que hace difícil traducir la cifra a docenas. Todo este trabajo se expone bajo el esqueleto imponente de una ballena en el Museo de Zoología de Barcelona, en el parque de la Ciutadella. Atención porque la exposición, que se enmarca en las actividades del Año Internacional del Diseño 2003, sólo está abierta hasta el día 27 de febrero, o sea, hasta el jueves.

Algunas luces tienen toques barrocos, como un huevo del que salen alambres adornados con flores

Las lámparas, diseñadas por individuos solos o al alimón por grupos de amigos y familias -profesionales del diseño o no-, se exhiben cada una dentro de una caja de cartón. La luz matizada que se cuela por las cáscaras hace que el ambiente sea especialmente recogido. El silencio de la sala sólo se vé interrumpido por la música flamenca que acompaña a una de las lámparas, más instalación que objeto de uso cotidiano. Cada uno de los participantes ha utilizado los recursos que ha creído oportunos para atraer la atención del jurado del concurso, compuesto, entre otros, por el cineasta Bigas Luna, los diseñadores Javier Mariscal y Toni Miró, y el pintor Robert Llimós. La competencia es dura, pero entre todas las obras presentadas sobresalen algunas líneas definitorias.

Por una parte, están los que han optado por lo minimalista: utilizan el huevo de avestruz como pantalla que han decorado con algunas incisiones, puntos o líneas. En esta misma línea están los que se han limitado a añadir al huevo un soporte más o menos trabajado: láminas de madera, un cojín, un amasijo de alambre, un lecho de plumas, unas patas de ave... Y finalmente , los que se han dedicado a jugar con la cáscara, esto es, a dibujar pequeñas escenografías.

Algunos con toques barrocos; es el caso de un huevo del que salen alambres adornados con flores. Otros son más líricos, como lo demuestra una cáscara suspendida sobre una malla metálica que parece una luna en un cielo nublado. Muchos han optado por el recurso del humor: la relación huevo-sartén, huevo-jaula y huevo-sexo se repite en más de una obra.

También hay evocaciones infantiles: unos parecen haberse acordado del añorado pollito Calimero para dar forma a su lámpara, fracturando por la mitad la cáscara y situando en su interior una bombilla oscura, y otros han recubierto la cáscara con envoltorios de sabrosos huevos Kinder. Finalmente, los hay que han escogido el juego práctico, como los autores del candil que se ha presentado como Manolo, el huevo acompañante, la lámpara trashumante, que se puede desplazar según las necesidades del usuario.

En definitiva, son 350 respuestas diferentes que han sabido captar el sentido del concurso. La asociación Levide, que nació para dar cobertura a la exposición y otras iniciativas similares, quería convertir la experiencia en "una plataforma para el arte popular", en palabras de Buven Durall, uno de sus miembros. Tanto es así que la bolsa de la dotación de los premios -5.000 euros para el ganador, 1.500 euros para el segundo y 500 para el tercer clasificado- proviene directamente del precio que han pagado los concursantes como derechos de inscripción.

Otro de los miembros de la asociación, Jesús Cartañà, añade que su objetivo es "agitar", ofrecer medios para que todo tipo de gente experimente con la creación. "El proyecto es ambicioso en el objetivo final, pero humilde en la forma", dice Cartañà. Y divertido. Por este motivo, Bigas Luna explica que el jurado ha premiado, entre las lámparas presentadas, las que "dan más energía, que te hacen feliz".

El veredicto se dará a conocer el día 27, en el curso de una fiesta que empezará a las 21.30 en la sala Cibeles. En ella cantará Álex Torío y participarán los disc-jockeys Rumi, MR Dj y Miqui Puig.

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