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Desde el Pacífico
Columna
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Silicon Valley: entre la esperanza y el miedo

La probabilidad de una guerra en el Oriente Próximo pesa sobre la economía estadounidense, que no acaba de salir de la crisis. No obstante, los indicios de una mejoría no faltan. Esto se traduce en una especie de esquizofrenia para las empresas del Silicon Valley, en la cual algunas empresas informáticas sacan provecho de las actuales tensiones, mientras el conjunto sufre de la frivolidad de las empresas y los consumidores.

La producción industrial nacional aumentó más de lo previsto en enero (0,7%). No obstante, el futuro sigue siendo incierto: los consumidores no gastan y, según el índice de la Universidad de Michigan, su confianza cayó y se encuentra en sus niveles más bajo de los últimos nueve años.

Las empresas de Silicon Valley se encuentran particularmente tensas, postradas entre la esperanza y el temor a una guerra imprevisible
La facturación por venta de computadoras aumentó apenas un 0,3%. Los empleados en el sector informático cayó un 12,6% en el último año
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UNIVERSITY OF MICHIGAN INSTITUTE FOR SOCIAL RESEARCH::
NATIONAL ASSOCIATION FOR BUSINESS ECONOMICS::
NATIONAL FEDERATION OF INDEPENDENT BUSINESS::

Las empresas también observan cierta cautela y se niegan, en su gran mayoría, a contratar personal o invertir. "Las tensiones crecientes en el Medio Oriente afectan las decisiones de negocios e impiden el crecimiento económico de EE.UU.", declaró Tim O'Neill, presidente de la National Association for Business Economics.

Unos días antes, Alan Greenspan, presidente de la reserva federal, había hablado de "tensiones geopolíticas" y de su impacto negativo sobre "las inversiones nuevas que llevarían a una expansión vigorosa de la actividad económica".

En este contexto, las empresas del Silicon Valley se encuentran particularmente tensas, postradas entre la esperanza y el temor. Los grandes empresarios y la mayoría de los analistas multiplican las declaraciones para quejarse de la incertidumbre. "Creemos que la amenaza persistente de una guerra mantendrá los nuevos pedidos a un nivel bajo, tanto en materia de las comunicaciones como en en el sector de las computadoras y los productos electrónicos", escribió Dan Niles, analista de la banca de inversiones Lehman Brothers. Nadie, sin embargo, parece capaz de dar ejemplos ni cifras precisas del impacto negativo sobre la situación del sector informático.

"Es una gran excusa para explicar lo que está pasando", declaró Bill Dunkelberg, economista jefe de la National Federation of Independent Business. "La razón de que no compren o de que no haya gastos en capital es por que tuvimos una fiesta que duró cinco años y no hemos salido todavía de la resaca". Greenspan había declarado que las tensiones geopolíticas apenas son un ingrediente más agregado "a las marcadas incertidumbres que se han acumulado durante los últimos tres años".

Un ejemplo de esta situación es Key3Media, la empresa organizadora del Comdex -la gran feria de las tecnologías de la información- y de una serie de salones del mismo tipo, acaba de declararse en quiebra.

Las cifras más recientes muestran que las ventas de computadoras en dólares constantes aumentaron apenas un 0,3% en 2002 con relación al año anterior, y son inferiores en un 20% a las de 2000. El número de personas empleadas en el sector informático cayó un 12,6% en el último año, según el Departamento del Trabajo.

Sin embargo, un número no insignificante de empresas del Silicon Valley produce software y material clave para la preparación de la guerra o la lucha contra el terrorismo. Tal es el caso de InVision Technologies, que ha anunciado que ha multiplicado por seis su facturación y por diez sus ventas en 2002 con relación al año anterior. InVision construye máquinas de más de un millón de dólares cada una que sirven para controlar el equipaje en los aeropuertos. Los tres aeropuertos de la región de San Francisco solicitarán más de 70 antes de fin de año.

Otra señal positiva es el aumento de la facturación en un número significativo de empresas informáticas (Dell, Yahoo, etc.). La empresas del Silicon Valley, y de manera más general, el sector informático, vacilan entre la esperanza de estar listas para un nuevo renacer tras una reestructuración sangrienta, y el miedo a la guerra.

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