El nuevo Consejo del Agua regulará las cuencas del País Vasco

El Consejo de Gobierno aprobó en su reunión de ayer la creación del Consejo del Agua, un organismo que se encargará de planificar, regular y ordenar las cuencas de los ríos que nacen y mueren en Euskadi. Por lo tanto, este órgano no tendrá competencias sobre ríos como el Zadorra, que aunque nace en Euskadi desemboca en el Ebro, que a su vez discurre por varias comunidades. Ese tipo de cuencas queda en manos del Gobierno central.

Aunque esta limitación le impedirá, por ejemplo, actuar en el conflicto que enfrenta al Ayuntamiento de Vitoria con el Consorcio de Aguas del Gran Bilbao por la gestión de los embalses del Zadorra, la nueva entidad ayudará a poner orden en el entramado institucional del País Vasco. La comunidad aún no ha repartido las competencias sobre agua entre las diferentes administraciones, con lo que los roces surgen con cierta frecuencia.

El Consejo del Agua agrupará al Gobierno, a las tres diputaciones, a los ayuntamientos, a los consorcios que gestionan el agua en las tres provincias y a representantes de los usuarios industriales y agrícolas, a los consumidores y a los ecologistas. Dará cabida a colectivos que estaban demandando una presencia en los foros donde se gestiona el agua y que hasta ahora no habían encontrado acomodo en espacios como la Mesa del Zadorra, donde están representadas siete instituciones y la competencia es exclusiva de la Administración central.

El consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, presidirá el organismo. Intxaurraga, quien precisó que la futura Ley del Agua incluirá entre sus artículos este Consejo, aprovechó para recordar al Ayuntamiento de Vitoria que actúe con "cordura" en la gestión del agua y sin lamentarse después de las inundaciones.

Escoria de las acerías

Por otra parte, el Consejo de Gobierno aprobó un decreto para regular el uso de las escorias procedentes de las acerías eléctricas y proteger así la salud pública y el medio ambiente. En la comunidad autónoma, se producen alrededor de 800.000 toneladas al año de escorias y su destino es el vertedero.

La intención del Gobierno es aprovechar este residuo y darle utilidad en el sector de la construcción y del cemento. Así, el decreto especifica los requisitos que deben reunir las empresas que pretendan reciclar las escorias y fija su utilización para la construcción de carreteras, en proyectos de urbanización de áreas industriales, como material para cubrir vertederos y en la fabricación de cemento.

El Gobierno también dirigió un requerimiento al Ejecutivo central para que anule su plan de seguros agrarios al entender que invade competencias propias de la comunidad autónoma. Si la Administración central no atiende la petición, el Gobierno de Vitoria podría acudir a la vía de los contencioso administrativo para resolver la cuestión.