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Chávez y la oposición sellan un pacto contra la violencia después de 100 días de lucha

Primer éxito de las gestiones del mediador César Gaviria en el conflicto de Venezuela

Después de más de tres meses de sesiones, la Mesa de Negociación y Acuerdos de Venezuela dio su primer fruto: un pacto contra la violencia y a favor de la paz y la democracia. El acuerdo fue firmado por los representantes del Gobierno de Hugo Chávez y la oposición, coligada en la Coordinadora Democrática, bajo los auspicios del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria. Las dos partes se comprometen a evitar no sólo la violencia física, sino también "la intemperancia verbal", lo que les exigirá, sin duda, grandes esfuerzos.

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Durante los casi 100 días que la Mesa ha mantenido sesiones antes de lograr su primer acuerdo se han producido al menos seis muertes vinculadas al enfrentamiento político. Tres de ellas fueron producto del atentado cometido por un individuo, supuestamente por su propia iniciativa, en la plaza de Altamira, epicentro de las protestas opositoras en Caracas, hecho ocurrido el 6 de diciembre. El homicida, el portugués João de Gouvea, ha confesado y se expone a la máxima pena aplicable en Venezuela, 30 años de presidio. Recientes exámenes psiquiátricos evidenciaron que no padece enfermedad mental.

Otras dos personas fallecieron en el violento epílogo de una marcha de la Coordinadora, el 3 de enero. Esta vez los muertos eran partidarios del Gobierno, y sus asesinos, según grabaciones de las televisiones y vídeos de aficionados, funcionarios de la Alcaldía de Caracas, que encabeza el opositor Alfredo Peña. La sexta persona muerta fue un manifestante de la oposición, durante una marcha en la ciudad satélite de Charallave, el 20 de enero.

En el tiempo entre la instalación de la Mesa y el acuerdo suscrito ayer, también se produjeron innumerables manifestaciones, algunas de ellas reprimidas por los cuerpos de seguridad, así como una huelga que se prolongó durante 63 días. El pacto contra la violencia aparece en la agenda de Gaviria desde el primer día de su prolongada gestión en Caracas. La idea formó parte del documento que sirvió de punto de partida a las conversaciones en la Mesa, de la que forman parte seis representantes de cada bando. La posibilidad de sellar este primer pacto fue abortada por varios incidentes violentos ocurridos en noviembre y, más tarde, por el clima que creó la huelga general iniciada el 2 de diciembre. El Gobierno sostuvo, a lo largo de los dos meses de paro, que éste era una expresión de violencia de la oposición por lo que sólo podría lograrse un pacto una vez que se superara la huelga. Las deliberaciones sobre este acuerdo específico retomaron su rumbo al finalizar oficialmente el paro, el pasado 3 de febrero.

Esta última etapa tampoco fue fácil pues en el texto se proponía una exhortación a los medios de comunicación para que contribuyeran a bajar la temperatura del debate político. Esta tesis fue rechazada por la oposición, que consideró que podría ser utilizado como mecanismo de censura previa.

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Manuel Cova, secretario general de la Confederación de Trabajadores de Venezuela e integrante del equipo opositor en la Mesa, explicó que la firma es una manera de presionar al Gobierno para que acceda a negociar una salida electoral inmediata a la crisis política. "Accedimos a firmar para no seguir dándole excusas al Gobierno. Es una manera de reducir la intolerancia y debe ser cumplido desde el presidente Chávez hasta el más humilde representante del oficialismo", comentó Cova. Tras este primer acuerdo, los dos bandos deben buscar un acuerdo electoral, que continúa girando en torno a la enmienda constitucional para acortar el periodo del presidente, respaldada por la oposición, y el referéndum revocatorio en agosto, impulsado por el Gobierno.

Hugo Chávez (izquierda) y el secretario general de la OEA, César Gaviria, en una reunión en Washington.
Hugo Chávez (izquierda) y el secretario general de la OEA, César Gaviria, en una reunión en Washington.REUTERS

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