La inflación ha reducido un 15% desde 1999 la deducción máxima por vivienda en el IRPF

Euskadi estrenó Impuesto de la Renta de las Persona Físicas (IRPF) en 1999 con un cambio en la deducción por vivienda habitual. El nuevo impuesto establecía un tope a deducir de 30 millones de pesetas (180.030,36 euros). Esta medida se anunció en el nombre de una mayor progresividad. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con la table del impuesto, cuatro años después el tope no se ha adaptado a la inflación, con lo que los contribuyentes que compren hoy una vivienda pueden desgravar un 15% menos que quienes lo hicieron en 1998. Además, el precio de la vivienda ha subido en Euskadi un 59% en este periodo. La cantidad máxima, si se tuviera en cuenta la inflación, sería hoy de 207.096 euros.

El crédito fiscal por vivienda fue una propuesta del entonces consejero de Hacienda y vicelehendakari y hoy presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe. Era una cuestión de justicia social, según se explicaba entonces. En la presentación del impuesto, en junio de 1998, Ibarretxe definía la deducción con un nuevo concepto: la vivienda como un "proyecto de vida", con un importe máximo a deducir de 30 millones de pesetas. A partir de 1999 daba igual que uno se gastara 60 millones o 15 en comprar su vivienda habitual: el importe a deducir iba quedar fijado en 30 millones. En el caso de que alguien no llegara al máximo, tendría la posibilidad de guardar en una especie de bolsa la cantidad sobrante, por si en el futuro vendía la primera vivienda para comprase una mejor.

Por este concepto se consideraban las cantidades destinadas tanto a compra como a rehabilitación de la vivienda habitual, así como los intereses por capitales ajenos invertidos. Los contribuyentes pueden deducir anualmente el 20% de las primeras 500.000 pesetas y el 15% del resto, hasta millón y medio. Posteriormente se estableció una fórmula compensatoria para aquellos que habían comprado vivienda antes de 1999.

Si bien las haciendas forales han deflactado (descontar el efecto de la inflación) año a año la tabla del impuesto para anular el efecto general del encarecimiento de la vida -algo que la Administración central no ha hecho-, se han olvidado de los contribuyentes que compran vivienda. En 1999 la inflación en Euskadi fue de un 3% y los 180.030,36 euros de la deducción deberían haberse convertido en 185.712,74; en 2000, con una inflación de un 3,8%, en 192.768,62; en 2001, con un IPC de 3,4%, en 199.322,79 euros; por último, la subida de precios en 2002 fue de un 3,9%, lo que elevaría la deducción hasta los 207.096,38 euros.

Subidas de precio

Al efecto de la inflación hay que sumar el encarecimiento del precio de los pisos en Euskadi, que lleva a que el 64,3% del presupuesto bruto familiar en el País Vasco se destine a la compra de vivienda, según los datos del Ministerio de Fomento y el Banco de España. Entre el 1 de enero de 1999 y el 30 de junio de 2002 la vivienda en Euskadi, según los datos del Eustat, ha subido un 59%. Fuentes de la haciendas vascas consideran que la actualización de la deducción se podría hacer en cualquier momento. Sin embargo, señalan que en su contra está la dificultad de la fórmula. La teórica progresividad del crédito fiscal ha chocado con la realidad de la inflación y la carestía de la vivienda. Los técnicos de la haciendas forales estiman que el impuesto se va a modificar antes o después, porque está en una situación insostenible. Consideran que la actual norma es bastante compleja y difícil, tanto para los contribuyentes como para la Administración.

En este sentido, las fuentes consultadas creen que uno de los motivos que han impedido la actualización podría ser precisamente el no complicar aun más la gestión del impuesto. Si al actual prorrateo de los créditos que superan el límite hay que añadir fórmulas de compensación que serían distintas para unos contribuyentes y otros, en función del año de adquisición de la vivienda, la casuistica se dispararía en exceso.

Fuentes de la Hacienda de Álava estiman que este sistema de deducción nunca fue de su agrado y que correspondería plantear su modificación a quien la impulsó. En todo caso, desde las haciendas se estima que más bien pronto que tarde este debate deberá llegar al Órgano de Coordinación Tributaria, que reúne al Gobierno y las diputaciones, para buscar una solución a una deducción a la baja.