El Gobierno de CiU mutiló un sondeo oficial que reprobaba su política eléctrica

El Gobierno de Convergència i Unió (CiU) mutiló sustancialmente un sondeo oficial de 2001 que dejaba en precario la política del departamento de Industria, entonces dirigido por Antoni Subirà y Oriol Pujol, primo político e hijo, respectivamente, del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. El 61% de los catalanes defendía al Ayuntamiento de Llagostera (Girona) en el conflicto que mantenía con la Generalitat por la línea de alta tensión de Les Gavarres, según un sondeo oficial a cuya versión completa ha tenido acceso este diario.

El Ejecutivo entregó una versión incompleta al Registro Público de Encuestas y Estudios de Opinión, adonde debe enviar todos los sondeos que elabore.

El conflicto por la línea de alta tensión de Les Gavarres alcanzó una gran resonancia política a finales de 2001. El Ayuntamiento de Llagostera plantó cara al Gobierno catalán, que desplegó a esta población una gran dotación de Mossos d'Esquadra para garantizar la construcción de la línea de alta tensión que Fecsa impulsaba con el apoyo de Industria.

En pleno conflicto -octubre de 2001- la Generalitat encargó al Instituto Opina la Encuesta sobre el suministro eléctrico, con una muestra de 800 personas. Presidència envió el estudio al registro en noviembre, pero mutilado: ocultó la parte más política del sondeo.

El trabajo depositado en el registro con el número 187 concluye con una pregunta sorprendente: "¿Sabe usted si el Gobierno de la Generalitat ha tomado alguna medida para la resolución de este conflicto entre el Ayuntamiento y la compañía eléctrica?". El final es extraño porque lo lógico -según los expertos consultados- sería interpelar a continuación qué opinión merece esta actuación.

La encuesta original revela que sí se hizo la pregunta lógica, pero Presidència envió al registro público el sondeo mutilado: sólo el 35,9% de los catalanes estaba de acuerdo con la actuación de la Generalitat. El Ejecutivo de CiU también ocultó otra pregunta que ponía de relieve que el 61,7% de los ciudadanos de Cataluña secundaban al Ayuntamiento de Llagostera y sólo el 15% estaba en desacuerdo con la resistencia del Gobierno municipal, encabezado por el independiente de izquierdas Lluís Postigo. Según el sondeo original, el apoyo a las posiciones del Ayuntamiento se daba en todas las provincias y era más acusado en Girona, donde el 71,4% apoyaba al alcalde contra la Generalitat.

Sin explicación

Este periódico se puso en contacto el pasado viernes con los dos departamentos implicados, Presidència e Industria, para conocer los motivos por los que se entregó la encuesta mutilada. Presidència declinó cualquier explicación y un portavoz de Industria afirmó que los datos de que dispone coinciden con los depositados en el registro.

La difusión de estas encuestas depende desde 2001 del equipo de Artur Mas, el delfín de Pujol, titular del departamento de Presidència. El sondeo de Les Gavarres es el tercero que experimenta mutaciones en este periodo, durante el cual, la Generalitat ha enviado al Parlament y al registro sondeos oficiales incompletos y con indicios de haber sido manipulados.

Los casos anteriores comprobados son dos. En el primero, remitió a la Cámara en enero de 2001 un sondeo de Line Staff con tablas falsas -se alteraron 150 registros en una muestra de 800 personas- que beneficiaban a Mas y perjudicaban a los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla y al democristiano Josep Antoni Duran, quienes vieron rebajadas sus valoraciones. En otro barómetro se ocultaron las buenas notas obtenidas por Duran y por el hoy líder del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué. El Gobierno catalán ha admitido "errores involuntarios", pero todos los partidos, salvo CiU, han exigido responsabilidades y la izquierda ha reclamado el cese de David Madí, secretario de Comunicación del Ejecutivo.