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Canclini defiende la escuela como espacio de integración

El filósofo argentino ha coordinado un libro sobre el desarrollo cultural en Iberoamérica

Carmen Morán Breña

La educación es un soporte indispensable para cualquier desarrollo cultural. Pasamos 12, 16 años formándonos para situarnos en la sociedad". Ésta es la opinión del filósofo y antropólogo argentino Néstor García Canclini sobre el proceso educativo relacionado con los cambios culturales que han de operar en Iberoamérica. Entender la cultura de los países latinoamericanos como una unidad global por un lado y teniendo en consideración a las minorías, por otro, requiere una educación que prepare para ello.

García Canclini ha coordinado un proyecto sobre el desarrollo cultural en Iberoamérica en el que han participado numerosos expertos de varios países y que ha cuajado en un libro titulado Iberoamérica 2002, editado por Santillana y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). En él se recogen propuestas educativas ante la situación de esta zona, que el filósofo, afincado en México, resume de esta forma: "La situación ha cambiado con las nuevas tecnologías y la multiculturalidad se ha acentuado. Eso crea nuevas exigencias de comprensión de los otros que antes eran menos imperiosas, de tal forma que habrá que educar para vivir en sociedades multiculturales", explica.

"Si se retiran fondos de la educación es que se la entiende como lugar de negocios privados"

La idea, a juicio de García Canclini, es que cada minoría cultural étnica, religiosa, interaccione en una misma ciudad, "y eso exige vivir en la confrontación permanente con lo distinto y aprender a tolerarlo, a entenderlo y a aceptarlo como horizonte posible".

Una situación que se complica en las grandes ciudades "y en un mundo en guerra", aunque la guerra la hagan otros, porque las consecuencias en la relación entre las culturas y las religiones, se hacen notar de igual forma en todos sitios, explica el filósofo.

El papel de los organismos internacionales "es clave en estas sociedades porque los programas educativos siguen estando a cargo de los ministerios nacionales" y eso configura un mosaico no siempre conciliable, dice.

Así pues, para avanzar en un territorio común iberoamericano, ¿será necesario ir unificando los sistemas educativos de los países que lo forman? "Siempre que se tenga un horizonte aceptable sobre lo que se enseña", sugiere García Canclini, y pone un ejemplo: "En un país como Estados Unidos, una gran parte de la sociedad y la mayor parte de los medios decidieron que un presidente podía ser acorralado y llevado al borde de su situación porque tuvo algún equívoco con una becaria y sin embargo, no piensan que haya que juzgar a un presidente que quiere masacrar a otro país", indica en alusión al conflicto con Irak que marca la actualidad internacional.

Y el segundo ejemplo para el filósofo es Europa: "Europa ha logrado o está en vías de integrar el sistema educativo y legitimar títulos, calificaciones, pero hay terribles dificultades para integrar a los extranjeros y ver detrás de ellos hay un pensamiento social y no sólo narrativas mágicas".

"La escuela es laboratorio social y las preguntas que se hace hoy la educación son experimentos que la sociedad está haciendo. Si la sociedad no entiende lo que pasa en la educación, no se entiende a sí misma", señala el filósofo.

Aclarado el fundamental papel que habrá de desempeñar la educación en los países iberoamericanos, García Canclini, subraya la necesidad de invertir fuertemente en este campo: "Si se retiran fondos de la educación la respuesta que se está dando es que eso sólo interesa como lugar de negocios privados. Defenderlo como público implica reconocerlo como escena de construcción de lo que interesa a todo el mundo", afirma.

Entre las reflexiones recogidas en los foros de expertos, que se celebraron a comienzos del año pasado en México y Río de Janeiro para la redacción del libro que ha coordinado García Canclini, se escucharon voces que ponían de manifiesto el error de pensar que solamente con el lenguaje cibernético y la alfabetización común en las nuevas tecnologías podrá acabarse con la brecha educativa de los países iberoamericanos, no sólo respecto a otros continentes, sino entre ellos mismos.

Se abogó, sin embargo, en este encuentro de expertos, por ensayar otras formas educativas para repensar un futuro cultural en común, por ejemplo la enseñanza globalizada de una forma de visión sensible del arte, algo que no sólo una a los países de una zona determinada, sino en lo que puedan ponerse de acuerdo ciudadanos de todo el mundo.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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