Clases 'prácticas' sobre la guerra
Dos escuelas de primaria muestran cómo se enseñan conceptos como la paz y el conflicto a partir de la amenaza a Irak
Sabemos dibujar una guerra, pero no somos capaces de ilustrar la paz", afirma uno de los numerosos e-mails que la web de la escuela Dovella, de Barcelona, ha recibido desde que puso en circulación hace dos semanas un manifiesto contra el conflicto entre Estados Unidos e Irak. "El tema interesa mucho a los niños, y nosotros utilizamos la actualidad para dar a conocer conceptos como la paz, la sostenibilidad y la cooperación, como hicimos con la catástrofe del Prestige", explica Jordi Segarra, director del centro.
En la clase de 2º de primaria, una veintena de niños de siete y ocho años repasan los trabajos de informática en los que escriben un texto y escogen una imágen asociada. La temática era esta vez el conflicto de Irak, y la profesora llama a los alumnos para que lean ante sus compañeros sus reflexiones. Abundan ilustraciones de tanques, pistolas, palomas de la paz, y los rostros de Bush y Sadam, acompañados por frases como "hacen la guerra para matar gente", "no queremos guerra porque mueren muchas personas" y "guerra: muerte y destrucción o paz: larga vida y construcción". Tras las exposiciones, la educadora anima a expresar ideas para evitar el conflicto. "Pues juntar todos los países", explica Xavi. "Decir a los americanos que busquen petróleo en Galicia, porque hay para todos y no tendríamos que pelearnos", razona Max.
"Si Sadam se tiene que ir, que se vaya, pero en paz, como Gaspart", dice Marc
De pronto, Marcel, con el rostro iluminado, exclama: "¡Qué Bush y Sadam jueguen a piedra, papel o tijera!". La profesora va cediendo la palabra a los que la solicitan mientras apunta las reflexiones en un mural. "Los mayores no deberían pelearse, y lo que tienen que hacer es hablar, que es lo que nos piden a nosotros", explica Adriana, quien observa como Sergi se levanta y señala Irak en un enorme mapamundi. "Pues si la guerra al final empieza y yo fuera iraquí, cogería un barco y me iría a El Salvador o a esa isla marrón de Austria", afirma Guillem mirando el mapa. "Australia", le corrige la profesora.
Llevan casi una hora debatiendo sobre la guerra de Irak, y los niños empiezan a cuchichear entre ellos mientras mueven las sillas. La profesora cambia de actividad, y ahora la clase debe descifrar un oscuro retablo colgado en la pizarra. Es una pequeña reproducción del Guernica. "Solemos trabajar la relación entre imagen y significado, lo que les ayuda a verbalizar lo que piensan ante lo que ven", explica la docente. "Es un toro que está triste porque ve muchos muertos", empieza Adriana. "El dibujante quiere enseñar todo lo malo que pasó en la guerra de Franco", barrunta Marcel, mientras Alba le responde que "es verdad, porque el cuadro es casi negro y hay como mucho jaleo".
La profesora decide entonces repartir folios y rotuladores para todos y les indica que deben mirar atentamente el cuadro, y reproducir la parte que más les llame la atención. Felices, los niños se afanan en escoger los colores gris y negro de los lapiceros y recorren con ojos atentos todos los recovecos la apocalíptica escena. Todos callan y se sumergen en las hojas blancas que poco a poco van desgranando trémulos rostros dolientes, bombillas, toros y piernas desgajadas.
El la escuela Arrel, también de Barcelona, los profesores han decidido dedicar toda una mañana a analizar el conflicto de Irak y sus posibles consecuencias. "De una forma transversal, las temáticas actuales se introducen en las asignaturas de ciencias sociales, de lengua, de literatura, de historia o incluso de música", explica Pepa, la directora de la escuela.
Un collage con los últimos recortes de prensa sobre el rifirrafe diplomático entre Europa y Estados Unidos a raíz de las diferentes posturas sobre Irak introduce al visitante a la clase de sexto de primaria. "¿Nos queda lejos la guerra?". Con esta pregunta, el profesor inicia un debate con alumnos que rondan los 12 años. "Cada vez veo el problema más cercano, y a nosotros también nos puede afectar", comenta Ferran. "Será una guerra como un cuchillo contra una metralleta", prosigue Ferran. "Es una actitud cobarde, nadie del Gobierno de Sadam ni de la Casa Blanca morirá en la guerra que ellos provocan", expresa Marc, para quien los únicos valientes en las guerras "son los escudos humanos, que se la juegan para proteger a la población civil".
El profesor recuerda a los alumnos la temática de las Cruzadas y les anima a que desgranen posibles paralelismos. "No aprendemos de la historia, lo que debemos hacer es no intentar imponer nuestras creencias, sino ser respetuosos con otras formas de pensar y de ver el mundo", razona Carme.
Es la hora del patio y está lloviendo, por lo que los estudiantes permanecen en las aulas. Con pinturas y cartulinas en ristre, dibujan murales y pancartas contra la guerra. "Queremos formar ciudadanos que aprendan a ver de forma crítica los acontecimientos que les afectan", explica el profesor. "Mira: si Sadam se tiene que ir, que se vaya, pero en paz, como Gaspart en el Barça", dice Marc.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.