"La Costa Blanca suena más que Valencia"
Pregunta. ¿Desde cuándo escribe guías de viajes?
Respuesta. He estado escribiendo durante toda mi vida profesional, aunque informes y cosas relacionadas con el British Council, en el que he trabajado 25 años. Siempre quise escribir cosas más interesantes. Desde hace diez años empecé con pequeños artículos en revistas de deportes y en 1995 se me presentó la oportunidad de escribir para Lonely Planet.
P. O sea que no ha hecho lo que quería hasta que no se ha jubilado.
R. Para mí era una manera de reciclarme. Más que una jubilación, lo considero una segunda vida profesional.
P. ¿Qué trabajos ha hecho para esta editorial?
R. Empecé con tareas bastante modestas hasta terminar con un libro. Primero hice algunos capítulos de los países más difíciles de África: la República Centroafricana, donde hay un golpe militar constante; el Chad, con una guerra civil latente, Sudán, que es un país de hambre y pobreza... Luego, Costa de Marfil, Burquina Faso y Gana...
P. Ha vivido en Laos, Pakistán, Egipto, Irán, Jordania, Sudán... ¡La boca del lobo!
R. Pero como siempre, si estás enraizado en un lugar parece mucho menos peligroso que para los visitantes o lectores de periódico. Era una época en que en todos estos países había una guerra civil o una revolución.
P. ¿Qué ha ocurrido entre allí y aquí para que estemos a punto de matarnos?
R. No quiero ser cínico, pero me parece que se trata de una cuestión económica. Irak es la segunda reserva petrolífera del mundo, y hay que acordarse de que George Bush viene de Texas.
P. No hay choque de culturas.
R. Hay un peligro enorme por parte de los occidentales de considerar a todo el mundo musulmán como integrista. Y no lo es. Tengo mucho respeto por el musulmán normal, como por el cristiano que aplica su fe en su vida diaria. El islam imparte un sentido de dignidad, de respeto a la familia, a los ancianos y a los demás, como muchas culturas del Tercer Mundo. Nosotros prácticamente lo hemos perdido.
P. Después de viajar tanto, ¿a qué conclusión ha llegado?
R. Que en el fondo los seres humanos son muy parecidos. Todos aman, todos se ponen nerviosos... Compartimos las emociones básicas porque en el fondo somos casi animales separados por muros culturales. Pero hay que saltar el muro y buscar lo que tenemos en común.
P. ¿Por qué se fue de Inglaterra?
R. No fue una huida, sino un impulso positivo. En un mismo día me ofrecieron trabajo para quedarme o para irme, y opté por irme al extranjero.
P. ¿Por qué eligió Valencia entre todas las ciudades que conoce?
R. Me gusta el mundo mediterráneo. Es estimulante porque es distinto de Inglaterra y a la vez es familiar.
P. ¿Cómo vendería la Comunidad Valenciana a un extranjero?
R. Como una zona mediterránea, desde el punto de vista del carácter de los ciudadanos, el clima y la gastronomía. como una comunidad que es a la vez de España y distinta de España, que forma parte de la cultura española y la valenciano-catalana, y esta mezcla de culturas e influencias son su gran riqueza.
P. ¿La Costa Blanca es más conocida que Valencia?
R. Hasta ahora, desgraciadamente, sí. Pero con el IVAM y la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Valencia tiene mucho que ofrecer. Espero que eso se equilibre. Ahora si yo le digo a un inglés Valencia, piensa en la Costa Blanca y en el equipo de fútbol.
EN DOS TRAZOS
Despues de haber vivido en medio mundo, Miles Roddis (Shefield, Inglaterra, 1941) llegó a Valencia en los años ochenta para ser director del British Council y decidió que ésta era la ciudad de su vida. Luego lo destinaron a Jordania y estuvo por el mundo haciendo trabajos de intérprete para el Foreing Ofice, pero regresó para vivir en el barrio del Carme y escribir guías de viajes. Es autor de 'Riding the wind', un viaje en bicicleta a través de los Estados Unidos, y 'Valencia & the Costa Blanca', con el que que quiere convencer a los extranjeros de otros encantos que no son el sol y la arena.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.