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Reportaje:

L'Oceanogràfic abre sus puertas

La hora de la verdad ha llegado. L'Oceanogràfic de Valencia, el mayor parque de sus características en Europa, inaugurado oficialmente el pasado 12 de diciembre, abre sus puertas al público a las 10 de esta mañana. Ubicado en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el parque, que ha supuesto una inversión de 108 millones de euros, ocupa, en dos niveles, una extensión de 110.000 metros cuadrados y sus instalaciones albergan 42 millones de litros de agua salada en diversos acuarios, aparte de otros 11 millones de litros de agua dulce del lago de superficie. Allí viven, de momento, más de 45.000 animales de 500 especies, una cifra que aumentará progresivamente -con la incorporación de nuevos ejemplares, pero también gracias a la reproducción de los ya existentes- hasta alcanzar el 100% de la carga biológica del parque, que ahora está en el 60%. La apertura al público estuvo precedida anoche por una fiesta celebrada en las inmediaciones que incluyó un espectáculo inspirado en el mundo del mar.

L'Oceanogràfic de Valencia, el mayor acuario de Europa, abre hoy al público

Desde el día de la inauguración oficial, L'Oceanogràfic ha permanecido abierto, aunque con el acceso restringido a unas 500 personas diarias, para evitar avalanchas que pudieran estresar a los animales y dificultar su aclimatación. Los animales parecen haber superado de forma satisfactoria su adaptación al público y a partir de hoy verán desfilar ante ellos a miles de personas. De momento, y a pesar de que el aforo real es de 10.000 personas, los responsables de las instalaciones limitarán a 6.000 el número de visitantes que podrán permanecer al mismo tiempo en el recinto.

L'Oceanogràfic ha reconstruido 10 zonas temáticas referidas a otros tantos hábitats marinos del planeta: desde los mares tropicales y templados -zona que incluye un espectacular túnel submarino de más de 70 metros de longitud- hasta el Mar Mediterráneo, pasando por el Océano Atlántico y el Océano Antártico. La isla de los leones marinos, la zona dedicada a las aguas continentales y el delfinario completan las instalaciones, que incluyen también una sala interactiva. En el futuro se sumará un edificio dedicado a la investigación. En los diferentes espacios el público podrá ver a la mayor parte de las especies características de los hábitats marinos. Sólo faltan las morsas y las ballenas beluga, que están todavía en cuarentena en Argentina y en Rusia, respectivamente, a la espera de su traslado definitivo a Valencia.

La expectación que ha despertado la apertura de L'Oceanogràfic se ha traducido en una verdadera avalancha de peticiones de entradas. Desde la inauguración oficial se puso en marcha un sistema de reservas por teléfono que ayer acumulaba ya en torno a las 300.000 peticiones sólo hasta finales de mayo, plazo máximo establecido inicialmente para reservar. Para hoy hay 4.000 reservas y en las taquillas aún disponen de otras 2.000 entradas para aquellos que quieran aprovechar el primer día para hacer la visita. Los precios se sitúan entre los 19,80 euros para los adultos y los 12,20 para los menores. Aparte, hay tarifas reducidas para grupos escolares, etcétera. Las instalaciones de L'Oceanogràfic abrirán sus puertas cada día a las 10.00. En invierno permanecerán abiertas hasta las 18.00 entre semana y hasta las 20.00 los sábados, domingos y festivos. En primavera el cierre será a las 20.00 los días laborables y a las 22.00 los festivos y fines de semana, mientras que en verano el parque permanecerá abierto cada día hasta las doce de la noche.

Cinco restaurantes, uno de ellos submarino, en el que los clientes comen bajo un cielo de peces, tiendas y paradas de helados completan unas instalaciones en las que trabajarán 300 personas en temporada baja y hasta 350 en los meses de mayor afluencia de público. Sólo en el área de de biología y mantenimiento trabajan 110 personas, en su mayoría especialistas que han sido contratados en diez países distintos, desde Australia hasta Argentina.

Uno de los submarinistas del Oceanogràfic, en uno de los grandes acuarios, junto a un escualo.
Uno de los submarinistas del Oceanogràfic, en uno de los grandes acuarios, junto a un escualo.JESÚS CÍSCAR

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