Mas admite que el Gobierno catalán interfiere en la televisión pública, pero menos que otros

Artur Mas se sinceró. El conseller en cap reconoció ayer, ante estudiantes de Periodismo de la Universidad Ramon Llull, que tanto el Gobierno del que es miembro como CiU, la coalición a la que pertenece, interfieren en TV-3 y Catalunya Ràdio, si bien se apresuró a añadir dos cosas. Primero, que el resto de formaciones políticas también influyen en los medios públicos que dependen de ellas, y segundo, que, pese a las presiones confesadas, la televisión y la radio de la Generalitat "son valoradas como las más objetivas" por la audiencia.

Mas admitió ayer en la universidad y ante estudiantes lo que nunca ha aceptado en el Parlament ante los diputados: que su Gobierno y su partido emplean TV-3 y Catalunya Ràdio a su favor. Y lo hizo en respuesta a la pregunta de uno de los futuros periodistas que asistió a la conferencia del político nacionalista, que versaba sobre su relación con la prensa. En el tiempo dedicado al debate, el estudiante quiso saber la opinión del conseller en cap sobre la utilización de TVE y otros medios próximos que el PP hace estos días "para defender la guerra contra Irak" y, a continuación, le interrogó: "¿CiU ha hecho uso partidista de los medios de la Generalitat?".

Tras considerar "negativa" cualquier manipulación sobre el asunto de la amenaza de guerra, Mas pasó a contestar la pregunta que le aludía. "Os engañaría", dijo dirigiéndose a la audiencia estudiantil, "si os dijera que nosotros somos unos angelitos". "Cuando hemos tenido que influir en una determinada noticia, de acuerdo con nuestras posiciones también lo hemos hecho, y eso es algo legítimo. Tenemos la misma función que las otras fuerzas políticas, y los gobiernos y los partidos deben intentar convencer", aclaró. Y añadió: "Nadie está libre de pecado". Después de lo cual, Mas remachó que "hay criterios objetivos que hay que señalar", y recordó que en Cataluña los ciudadanos consideran a TV-3 y a Catalunya Ràdio "los medios más objetivos", según las encuestas sociológicas.

Entre las reflexiones en voz alta que fue desgranando, el conseller en cap incluyó un vaticinio: los políticos optarán cada vez más por la publicidad en detrimento de la prensa cuando quieran comunicarse con el electorado. "Nos vamos a encontrar", auguró Mas, "con que, poco a poco, desde la política se irán buscando canales de comunicación directa con la gente, sin filtros". Y precisó: "Cuando los políticos queremos que nuestra posición quede clara, ¿qué hacemos? Pues poner un anuncio porque es la manera que tenemos de decir exactamente lo que queremos".

Pregunta embarazosa

Antes de iniciar su parlamento -que se enmarcaba en el ciclo Off the record, organizado por la Facultad de Ciencias de la Comunicación Blanquerna, en el que ya han participado otros políticos, como Joan Saura, Josep Piqué y Josep Lluís Carod Rovira-, Mas hizo una promesa que luego no cumplió. Aseguró que iba a contestar a todas las preguntas que se le formularan y que su intención era no cortarse y "poner todas las cartas sobre la mesa". Y casi lo consigue. Aparte de la espinosa cuestión acerca de los medios de la Generalitat, respondió a otros asuntos polémicos, como la jubilación forzada de Josep Vilarasau al frente de La Caixa, la posición de CiU ante la guerra contra Irak y el intervencionismo del Gobierno catalán en la actual crisis del Barça, pero hubo una que rehusó responder. A punto estuvo de escapársele el "esto no toca", popularizado por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Un estudiante se interesó por el intríngulis de la destitución de Joan Maria Clavaguera -"profesor de aquí", recordó el alumno- de su cargo de director de Catalunya Ràdio por el entonces director general, Miquel Puig. "Esto no lo puedo contestar", le respondió Mas. Aunque segundos después se arrepintió y quiso satisfacer al estudiante: "Hay momentos", le respondió, "en que los que están arriba no se entienden entre ellos".