Accidentes espaciales
En el tema de la exploración espacial, como en tantos otros que guardan alguna relación con la política internacional estadounidense, se suelen difundir las noticias con un curioso doble rasero. Durante años se ha querido dar la idea de que la NASA es algo así como la guinda del pastel mundial de la alta tecnología, al tiempo que la Agencia Espacial Rusa (antes soviética) ha sido blanco del menosprecio general.
Sin embargo, los rusos, hasta el momento, han sido un modelo
de eficacia y ahorro en este campo, y a despecho de la creencia común, no son precisamente unos chapuceros. Sus naves son más seguras (como ha confirmado en fecha reciente el astronauta Pedro Duque), sufren menos accidentes y las misiones son entre un 50% y un 90% más baratas que las de la NASA. La agencia rusa no ha perdido naves porque los planificadores de las misiones no sepan distinguir una milla de un kilómetro (como le ocurrió a la NASA en Marte), nunca han perdido siete astronautas de una sola vez por abandonar de manera negligente las rutinas de seguridad, y la denostada estación MIR duró de hecho el triple del tiempo útil previsto, y fue escenario de innumerables y valiosos experimentos científicos.
Una personalidad del mundo de la ciencia, estadounidense y miembro de la NASA, como Carl Sagan, criticó en repetidas ocasiones la política de transbordadores espaciales y fue no sólo por su coste disparatado (10 veces el de una misión no tripulada con resultados prácticos equivalentes), sino por poner en peligro vidas humanas por el simple deseo de dar "buena imagen".
