'Arcana imperii'
"El sigilo -que diplomáticamente se denomina 'discreción', así como arcana imperii los misterios del Gobierno- y el engaño, la deliberada falsedad y la pura mentira, utilizados como medios legítimos para el logro de fines políticos, nos han acompañado desde el comienzo de la Historia conocida. La sinceridad nunca ha figurado entre las virtudes políticas y las mentiras han sido siempre consideradas en los tratos políticos como medios justificables", escribe Hannah Arendt en 1968 en el ensayo La mentira en política, que abre su libro Crisis de la República (Taurus, 1999). En él, Arendt reflexiona sobre la grave crisis de confianza de la opinión norteamericana frente a sus gobernantes, una vez conocidos los famosos "documentos del Pentágono" acerca de la guerra contra Vietnam, que ayudaron a descubrir la falsedad deliberada de sus intenciones, la insinceridad disfrazada de sus argumentos, el encubrimiento, la decidida confusión: lo que la filósofa define, sencillamente, como "una política de mentiras", destinada a contener a China y al comunismo y a demostrar que Estados Unidos era la más poderosa de las superpotencias.
Nunca he leído los "documentos del Pentágono", por lo que no puedo saber cuáles son los recursos de su estilismo, pero veo Televisión Española y me resulta inconcebible lo burdo de su manipulación de la verdad y de los hechos en lo que se refiere a la inminente guerra contra Irak. Si las pruebas contra ese país presentadas la semana pasada por Powell sobrepasaron con creces todos los insultos imaginables a la inteligencia, la campaña de apoyo a Bush ejercida por el Gobierno español a través de la cadena pública prescinde ya de plano de esa cualidad y, pretendiendo dirigirse a un pueblo idiota, demuestra su más profunda idiotez. Si quieren engañarnos, háganlo con guante blanco, con estilo, con cantos de sirena, con música celestial, échenle imaginación, señores del Gobierno, pero, por favor, no nos pongan la película Ántrax para la siesta del sábado, porque se les ve el plumero; no nos quiten la teleserie de toda la familia para echarnos el documental Bioterror, la amenaza biológica; no nos quiten a Rafael Simancas para que salga Federico Trillo, por favoooooooooooor. Es más, no me saquen ahora, precisamente ahora, el nuevo vídeo de Bin Laden, porque es justo el momento en que sospecho que es un clip protagonizado por uno en paro de la Unión de Actores y que, en cuanto se despisten los de control, nos aparece Bin en pantalla con la pegatina de NO A LA GUERRA, dando esos gritos tan histriónicos del brazo de Marisa y de Javier. Aunque con un poco de retraso, se lo digo, señores del Gobierno, porque están ustedes perdiendo los documentos y hasta la lógica más básica de la programación.
"Los resultados de tales experiencias", dice Hannah Arendt, "cuando las emprenden quienes tienen medios de violencia, son terribles, pero el engaño perdurable no figura entre tales logros. Siempre se llega a un punto más allá del cual la mentira se torna contraproducente. Este punto se alcanza cuando la audiencia a la que se dirigen las mentiras se ve forzada, para poder sobrevivir, a rechazar en su totalidad la línea divisoria entre la verdad y la mentira". Es decir, señores del Gobierno, sabemos que ustedes nos mienten de forma sistemática, pero una guerra traspasa todos los límites de nuestra indolencia o nuestro aguante, y deben ustedes, señores mentirosos, escuchar a su pueblo, que se opone a ella en un 92%. De lo contrario, señores mentirosos, se convierten ustedes en unos señores dictadores. Como, por fortuna y por el momento, vivimos, si no en un sistema democrático, al menos sí en un sistema de sufragio universal, el tiempo demostrará que, en las urnas y en contra de las más ilusas teorías de la Arendt, el pueblo no perdona: de sobrevivir a la viruela, han perdido ustedes las elecciones, señores del PP. Y lo más chistoso es que, siguiendo, esta vez sí, las tentaciones helenísticas de la Arendt, van ustedes de dynamis, que es esa capacidad aristotélica de actuar en concierto, y parece que se han puesto de acuerdo todos los suyos para ir metiendo la pata por allá y por acá: Jiménez de Parga y los monstruos, Gallardón y las prostitutas, Botella y los inmigrantes, Manzano y los monoparentales. Por si no me muero la última, déjenme que me ría la primera. Hasta el sábado a las seis.
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