La hermana de la víctima desprecia a "los políticos de corazón de hielo"
"Y vosotros, políticos de corazón de hielo, que enviáis plañideras tras las pancartas, recibid el desprecio en nombre de mi familia". La edil socialista Maite Pagazaurtundua, hermana del sargento de la Policía Municipal de Andoain y miembro de ¡Basta Ya! asesinado por ETA el sábado, censuró ayer con estas palabras la actitud de los dirigentes del nacionalismo vasco ante el terrorismo. Haciendo gala de una gran fortaleza emocional, leyó en euskera y castellano un poema escrito por ella misma. "Malditos" los asesinos, "los chivatos que aconsejáis la muerte", "los falsos patriotas de corazón avieso, los que habéis alimentado la locura" y "los ciegos, pues permitís a los falsos patriotas, a los locos y a los asesinos un espacio repitiendo que hay un conflicto, como si cupiera un lugar intermedio entre el verdugo y su víctima", proclamó.
Pagazaurtundua terminó gritando "¡Viva la libertad!" entre los aplausos de los varios centenares de personas que asistieron al acto organizado por ¡Basta Ya! en Andoain, al que asistieron numerosos miembros de esta plataforma así como los principales dirigentes del PSE-EE y del PP vasco. Los convocantes colocaron una pancarta con el lema ETA asesina. Gobierno vasco responsable en un estrado desde el que hablaron también el ex parlamentario socialista Ignacio Latierro y la eurodiputada del PSOE Rosa Díez.
Díez señaló al PNV como "responsable político" del asesinato de Joseba Pagazaurtundua, y acusó a su presidente, Xabier Arzalluz, de "poner una diana en la espalda de todos los miembros de ¡Basta Ya!" tras sus críticas, ayer mismo, a este colectivo. "Yo me siento amenazada por Xabier Arzalluz", recalcó.
También culpó al ex consejero de Interior y actual presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa; al ex viceconsejero de dicho departamento José Manuel Martiarena y al actual responsable de la Unidad Disciplinaria de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, "todos ellos con el carné del PNV", por "dejar solo a Joseba" ante la amenaza de ETA cuando fue trasladado de nuevo a Andoain tras estar destinado en una comisaría de la Ertzaintza en Álava.
Tras el acto, los asistentes se trasladaron al bar Daytona, el lugar del crimen, donde depositaron velas y una pancarta que decía "Joseba, seguiremos luchando por la libertad. Aquí estamos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.