Los taxis llevarán un sistema de localización conectado a los Mossos
La transmisión por satélite permitirá situar el coche en caso de peligro
Los taxis de Cataluña circularán dotados de un sistema de localización conectado al teléfono 112 (emergencias de los Mossos d'Esquadra). Así se acordó ayer en la reunión de la comisión de seguridad del taxi en la que están representadas las tres administraciones (central, local y autonómica) y las organizaciones de taxistas. El sistema de transmisión por satélite se activará con sólo apretar un botón, y la señal no sólo permitirá a la central de emergencias localizar la ubicación del automóvil, sino también escuchar lo que se dice dentro de él.
El sector del taxi y las administraciones han venido reuniéndose semanalmente a la busca de una solución para la inseguridad que sienten los taxistas. En estas reuniones se ha ido perfilando un sistema que satisfaga a todas las partes y, finalmente, se ha llegado a un principio de acuerdo. El sistema que se adoptará será probablemente el GPRS, una especie de segunda generación del GPS que permite localizar la situación del vehículo y además transmite la voz.
La decisión tiene diversas ventajas. Una de ellas es que posteriormente facilitará otros usos, además del relacionado con la seguridad, según explicó el concejal de Barcelona Francesc Narváez. Por ejemplo, este mecanismo permitirá la gestión de flota, aunque lo que se busca, precisó Narváez, es que se elimine la incertidumbre y el miedo del conductor, no los otros usos que se puedan aplicar. Lo que ocurre, añadió, es que resultaría bastante absurdo tener que instalar un aparato para la comunicación de seguridad y otro para el resto de las funciones.
Una de las decisiones definitivas es que el nuevo sistema tenga como ámbito la totalidad del territorio catalán. Y tiene que ser así, explicó el concejal barcelonés, porque una parte importante de los desplazamientos en taxi se produce en el área metropolitana, pero también en el resto de la región metropolitana. Además, el problema de la inseguridad del taxi no es un asunto que afecte en exclusiva a los barceloneses; también incumbe a los conductores de este servicio de otras conurbaciones, como las de Lleida, Girona y la formada por Reus y Tarragona. Así pues, todos los taxis de Cataluña estarán conectados a través de satélite con el 112, que es el teléfono de emergencia de los Mossos d'Esquadra.
Hace un par de semanas se crearon dos comisiones para analizar los resultados obtenidos con la aplicación de un sistema similar en las comunidades de Madrid y Galicia. Los resultados de estas comisiones han facilitado la primera decisión: el ámbito territorial y la conexión a través de un único número, independientemente de que, con posterioridad, la fuerza policial que intervenga en cada caso sea la que tenga las competencias en la zona donde se produzca un suceso.
Queda por decidir de forma definitiva si el sistema final será el GPRS o el GMS. El primero es el que cuenta con mayores posibilidades ya que permite que desde el centro de control se conozca la ubicación del vehículo con un margen de error de cinco metros y, además, oír lo que se dice en el taxi sin que sus ocupantes lo adviertan. En la sesión de ayer de la comisión de seguridad se decidió crear dos subcomisiones. Una tiene que decidir los aspectos técnicos, y la otra, el coste.
Hay un principio de acuerdo para que las partes asuman los costes de la instalación del nuevo sistema: cada una de las tres administraciones pagaría un 25% y el 25% restante correría a cargo del propietario del taxi. Si se acepta que el sistema sea el GPRS, el Gobierno central podría realizar una aportación por innovación tecnológica, según Miquel Tomàs, del sindicato STAC. El pago se haría tras una valoración de las empresas capaces de realizar la instalación, de modo que las administraciones asumirían el coste sobre la base del presupuesto más económico.
Una profesión de riesgo
El último asesinato de un taxista se produjo en diciembre en Sabadell. Era el segundo del año 2002 en Cataluña y ponía de manifiesto el riesgo constante de esta profesión. A finales de junio había muerto otro taxista en Lloret y en septiembre de 1999 otro conductor de un taxi de Vilafranca del Penedès fue había sido atacado y había muerto a causa de las heridas. Estos hechos muestran, a juicio de Francesc Narváez, la necesidad de que el ámbito de actuación en materia de seguridad para los taxistas abarque a toda Cataluña y no sólo el área metropolitana de Barcelona o el ámbito estricto de la capital. Así lo propuso el Ayuntamiento de Barcelona. La propuesta fue bien acogida por las partes y supuso ampliar la comisión de seguridad a los representantes del sector en todo el territorio catalán.
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