Cientos de personas marchan por la protección de la Sierra Escalona

"Pasamos seis meses aquí y la otra mitad del año en nuestro país, Noruega; nos gusta mucho este clima, pero también la naturaleza; vamos a dejar de venir como sigan construyendo". María Hans y Kaarby participaron ayer, junto a varias decenas de extranjeros y a varios cientos de españoles, en una marcha reivindicativa a la Sierra de Escalona (Orihuela), donde el gobierno local, con mayoría del Partido Popular, ha aprobado provisionalmente la urbanización de 2.286 viviendas, dos campos de golf, un hotel y áreas comerciales y deportivas. Klaus Kackowski es el marido de la mujer que hace de traductora a este periódico. Escucha a los noruegos y no se contiene: "Esto está lleno de urbanizaciones ilegales, hay mucho tráfico y nos roban casi todos los días. Hay connivencia entre los alcaldes y los constructores; aquí los alcaldes no trabajan para el pueblo. Hay una avalancha de urbanismo y falta agua, carreteras y depuradoras".

Llegando a la Sierra Escalona a través del cauce del río Nacimiento, todos quieren hacer declaraciones. Niggemann dice que participa en la marcha para "defender la naturaleza". Ha oído que desde Orihuela quieren hacer una urbanización "en esta zona tan bonita". Manuel Gómez, presidente de la asociación de vecinos de San Miguel de Salinas, escucha atento a los manifestantes, a quienes ha facilitado un autobús para acercarlos al cauce del río desde el centro de San Miguel. "En esta zona el 50% de los residentes son extranjeros", explica. Y muchos de ellos "se sienten estafados, porque muchas de las urbanizaciones que hay junto a este enclave natural son ilegales".

Antes de llegar al final de la marcha ha quedado a un lado del camino un guarda jurado contratado por la empresa que urbanizará la zona. Los manifestantes quieren seguir la marcha por una cañada, un paso público, pero se topan con una cancela cerrada con un candado. El guarda dice que la llave se ha perdido.