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Entrevista:FARRUQUITO | Bailaor

"Tengo tiempo para equivocarme"

El bailaor Farruquito, 20 años y heredero de su abuelo el gran Farruco, es la estrella del Festival Flamenco USA

Margot Molina

Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito no recuerda cuándo subió a un escenario por primera vez. "Mi gente dice que debía tener dos o tres años y que yo aparecía por mi cuenta", comenta el heredero del Farruco. Pero lo que no olvidará nunca este bailaor sevillano es el cosquilleo que producen los aplausos, especialmente si son tan unánimes como los que está recibiendo en el Festival Flamenco USA, una gira por 11 ciudades de los Estados Unidos que comenzó el 30 de enero en el City Center de Nueva York. Farruquito, de 20 años, conquistó al público norteamericano en la Gala de Andalucía, este espectáculo reunió a cinco generaciones de bailaores: Manolete, Antonio Canales, Juana Amaya, Farruquito y su hermano Farruco, de 14 años. El bailaor, que ha merecido unas críticas excelentes en The New York Times, continúa de gira por los EEUU hasta el 20 de este mes.

Pregunta. ¿Qué supone para usted la aceptación, por parte de la crítica y del público norteamericanos, que están teniendo sus actuaciones?

Respuesta. Lo principal es que se está reconociendo un poquito más el baile flamenco tradicional. Aquí, en Nueva York, suele tener más éxito el flamenco contemporáneo; así que el triunfo de un estilo más puro, de raíz es muy importante para mí.

P. Hay quien opina que usted debería evolucionar, que a sus 20 años es demasiado joven para limitarse a la escuela de su abuelo Farruco.

R. Si soy demasiado joven, tengo tiempo para equivocarme. De momento, pienso seguir luchando por mi estilo puro porque es como me siento y me expreso mejor.

P. ¿Cree que la homogeneización pondrá en peligro al flamenco?

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P. Afortunadamente, el público se está dando cuenta de que cada bailaor necesita una determinada forma de expresión. Algunos trabajan con un argumento y otros, como yo, bailamos de forma distinta cada día, expresamos nuestro sentimiento. La gente al ver esa verdad sobre el escenario, se vuelca.

P. ¿Por eso cambia el programa sobre la marcha?

R. Para mí es tan importante hacer lo que siento, que estoy dispuesto a aguantar una bronca después del espectáculo. El otro día en el programa de la gala del City Center estaban anunciadas unas alegrías, pero yo quería bailar por soleá y así lo hice.

P. A pesar de su juventud, ha realizado ya muchas giras por el extranjero, ¿es esta la mejor?

R. Es la más importante, pero la más bonita fue cuando tenía cinco años y me llevaron en la gira de Flamenco puro. Iban mi abuelo Farruco, Fernanda y Bernarda de Utrera, Habichuela y Manuela Carrasco, entre otros. De vez en cuando yo me tiraba al escenario y echaba un baile.

P. Entonces, ¿cuándo bailó usted por primera vez como profesional?

R. Fue en el Gran Teatro de Córdoba. Tenía siete años e hice una soleá que me aplaudieron muchísimo, porque era muy chico.

P. Muchos artistas dicen que lo que les engancha de su profesión son los aplausos, ¿le ocurre lo mismo?

R. Si, me pasó desde el principio y es lo que me ha dado fuerzas para seguir en todo momento, especialmente después de la muerte de mi abuelo. Yo tenía entonces 14 años, pero lo sigo echando de menos todos los días

P. Festival Flamenco USA ha reunido sobre el escenario a figuras que es muy difícil ver juntas en España...

R. Quizás en España esta ocasión no se aprecie tanto como aquí (Estados Unidos), que ven flamenco sólo de vez en cuando y las cosas se pueden hacer más a lo grande, hay más dinero.

P. Usted ya ha actuado en Nueva York muchas veces, ¿cuál es su rincón preferido?

R. Mi rincón está en todos los sitios a los que voy con mi hermano y con mi gente. Yo viajo con mi familia siempre. Ahora en esta gira estoy con mi hermano Antonio, que tiene 14 años y es un estupendo bailaor.

P. Además de su participación en la gala usted presenta un espectáculo Por derecho.

R. Si, estamos cuatro: Juana Amaya, mi hermano Farruco, Pepe Torres y yo. En el espectáculo somos nosotros mismos, con el baile más salvaje. Hay mucha naturalidad y compañerismo en todo lo que hacemos, como por ejemplo en la alboreá y el fin de fiesta que interpretamos los cuatro juntos. Juana, que también es de la escuela de mi abuelo, y yo bailamos muy parecido. Juntos hacemos dos soleás y unas rondeñas.

P. ¿En qué momento del espectáculo está más presente el espíritu de su abuelo?

R. Sin duda, cuando salimos por soleás. Entonces el público ve la viva imagen de Farruco, es el baile más representativo de la escuela que él creó y mantuvo.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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