Una historia de amor y una comedia

El próximo fin de semana, la colección de cine español que ofrece EL PAÍS en formato DVD incluye Los amantes del Círculo Polar, de Julio Medem, rodada en 1998, y Atraco a las tres, la comedia que dirigió José María Forqué en 1962. Dos formas distintas de entender el cine, realizadas con más 35 años de diferencia y en circunstancias políticas, sociales, económicas y culturales muy diferentes, unidas por el talento de dos cineastas que pertenecen a muy distintas generaciones y una misma pasión: la narración cinematográfica.

Los amantes del Círculo Polar es el cuarto largometraje de Julio Medem, sin duda una de las "miradas" más personales del cine español, que ya había llamado poderosamente la atención de la crítica y del público con su primer filme, Vacas (1991). El DVD que ofrecerá EL PAÍS a sus lectores por 5,95 euros al comprar el diario del sábado 15 de febrero narra una historia de amor en la que el tiempo y el espacio resultan esenciales en el desarrollo de la trama. Najwa Nimri y Fele Martínez, sus actores adultos protagonistas, alcanzan la plenitud de esa relación que se desarrolla en tres etapas de la vida (son seis, tres parejas, los intérpretes de los personajes claves, Ana y Otto). La sensibilidad de Medem y su inteligente y complejo guión le estimulan y animan a utilizar el tiempo de una forma que se asemeja a un insólito puzzle en el que el pasado y el presente fluyen guiados fundamentalmente por la intensidad de los sentimientos y no por el orden cronológico.

Realizado con una infrecuente capacidad de medios y de producción (dos de las nueve semanas de rodaje se filmaron en Finlandia, por ejemplo) y con una estimable labor de postproducción digital, el filme obtuvo cuatro Goyas en 1999: mejor actriz principal (Najwa Nimri), mejor guión original (Julio Medem), mejor música original (Alberto Iglesias) y mejor montaje (Iván Aledo).

Atraco a las tres, de José María Forqué, filme que podrá comprar por 1,95 euros quien adquiera EL PAÍS del domingo 16 de febrero, entronca directamente con la comedia española más genuina, aquella que une el disparate con el esperpento y el costumbrismo, que siempre reconoció su proximidad a la comedia italiana que se derivó del neorrealismo. Forqué, uno de los grandes profesionales del cine español, pone todo su oficio al servicio de un guión ajeno -lo firman Vicente Coello, Pedro Masó y Rafael J. Salvia-, y con un excelente reparto (José Luis López Vázquez, Gracita Morales, Cassen, Katia Loritz, Agustín González, Manuel Alexandre, José Orjas y Manuel Díaz) consigue que esta comedia sea una de las pequeñas joyas de la cinematografía española.

Resulta sorprendente cómo desde el humor se puede subvertir el orden establecido sin que las rígidas condiciones de la censura de la época impidieran su exhibición y aceptación popular. Que un grupo de ímprobos y disciplinados empleados de una respetable sucursal bancaria decidan atracarla, discutiendo y diseñando milimétricamente un plan en el que la ineptitud de los aspirantes a ladrones se entremezcla con la crónica de una realidad social mezquina y pícara, convierten a Atraco a las tres en una divertida y tierna carga de profundidad contra el sistema.