Duran y la escuela concertada
Como ciudadana me resulta desconcertante que un político de la talla de Josep Antoni Duran Lleida utilice la escuela concertada como amenaza electoral con el único objetivo de crear alarma social entre el colectivo usuario de este servicio. En estos momentos haypoca gente, y mucho menos un partido político, que amenace a este tipo de escuelas. Sí hay que estar en contra, en cambio, de que sea precisamente la política del Departamento de Enseñanza la responsable de que esta escuela concertada, sostenida con dinero público, no se guíe por los mismos criterios que la escuela pública. Si un centro privado concertado decide voluntariamente recibir fondos públicos para su sostenimiento, tiene que adaptarse a las reglas del juego y no funcionar al margen y compitiendo con los centros públicos. Los dos sistemas son posibles y necesarios, falta sólo una política de aproximación y no de enfrentamiento como la propiciada por el propio Gobierno.
Es básico que en estos centros la enseñanza sea gratuita para que cualquier família, sea cual sea su condición económica, pueda decidir matricular a sus hijos e hijas, también a los inmigrantes o a los alumnos que presenten necesidades educativas especiales. Muchas veces la singularidad de la escuela concertada está basada en la selección económica, social y cultural del alumnado y de las familias participantes.
No hay que temer por la escuela concertada (que es precisamente una idea socialista), goza de muy buena salud; creo que las manifestaciones del señor Duran Lleida tienen que provocar mucho más temor en la escuela pública porque permiten prever claramente la apuesta política de Convergència i Unió (CiU) en el terreno educativo.
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