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Reportaje:

Salvavidas para el Calcio

Aprobada una ley para evitar la quiebra del fútbol italiano

Todo se puede hundir en Italia menos los grandes equipos de fútbol. La máxima no figura en la Constitución de la República, pero merecería ser incluida, sobre todo después de que el Parlamento aprobara el jueves una norma ad hoc que permitirá a los clubes diluir en diez años la carga económica que representa la devaluación de sus jugadores. Una especie de salvavidas para evitar la bancarrota de muchas de las escuadras, que mereció críticas generalizadas de la coalición de oposición, el Olivo, y sólo fue aceptada por la Liga Norte, uno de los partidos que integran el actual Gobierno de centro-derecha, tras unos retoques de última hora. Gracias a la insistencia de los diputados de la Liga, la norma dejará de funcionar en 2004. Aun así, sus efectos tendrán un impacto notable. Por ejemplo, un equipo que compró hace dos temporadas un jugador por 100 millones de euros, y se ve obligado a venderlo por la mitad, debido a problemas económicos, acumula unas pérdidas de 50 millones de euros que lastran su balance de cuentas. Con la nueva ley, sin embargo, sólo tiene que hacer constar 5 millones de euros por la devaluación de su jugador en el balance de cuentas de 2003, y tendrá diez años para absorber el impacto de la pérdida.

La ley representa un agravio comparativo, dice la oposición, que se pregunta: ¿por qué ayudar a los clubes de fútbol en dificultades cuando se permite que se hundan empresas de otros sectores sin mover un dedo? Las sospechas de muchas señorías se han disparado porque, después de todo, el Gobierno lo preside Silvio Berlusconi, dueño de uno de los principales equipos, el Milan. Y el actual presidente de la asociación de los clubes, de donde ha partido la llamada de auxilio al Ejecutivo, no es otro que Adriano Galliani, presidente del Milan.

Muchos de los grandes clubes que están en números rojos se han cavado, además, su propia tumba con una enloquecida política de adquisición de estrellas sin suficientes recursos como para afrontar los costes. El resultado ha sido catastrófico en algunos casos, como en el de la legendaria Fiorentina, que desapareció del mapa futbolístico el año pasado sepultada por las deudas, y puede repetirse con otros equipos.

En junio pasado, la deuda de los 18 clubes la Primera División italiana rondaba los mil millones de euros, y a taponar la hemorragia tuvieron que acudir sus presidentes extendiendo cheques generosos. Berlusconi también se vio obligado a desembolsar 55 millones de euros, pero la medida no ha bastado y el Parlamento ha tenido que acudir en su socorro. Los presidentes se han comprometido a adoptar una política de austeridad con una inmediata reducción de los salarios de los futbolistas.

En estos momentos la nómina de jugadores representa más del 80% de los ingresos medios de un club de Primera División, y en algunos casos, como en el del Inter de Milán, asciende al 106%. Los clubes se resienten, además, de una pérdida de interés televisivo que ha mermado sus ingresos.

Vieri y Batistuta, dos de las estrellas del Calcio con sueldos más elevados.
Vieri y Batistuta, dos de las estrellas del Calcio con sueldos más elevados.AP

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