El deshielo en Álava y Navarra provocó la gran avenida
Podía haber sido peor. La avenida que estos días recorre mansamente el río Ebro procede exclusivamente de la escorrentía de los afluentes alaveses y navarros. Si el resto de los ríos pirenaicos hubieran sumado caudales procedentes del deshielo, en lugar de 2.000 metros cúbicos por segundo el Ebro llevaría más de 4.000 como sucedió en 1961. El caudal medio al paso del río por Zaragoza es de 220 metros cúbicos.
Todo partió de la gran nevada (un metro de altura) que cayó sobre Navarra y Álava los días 29 y 31 de enero, cuando la mayoría de las carreteras principales quedaron intransitables. La nevada se produjo por el choque de un frente muy frío del norte con los flecos de la cordillera Cantábrica oriental. Un segundo frente atlántico cálido se precipitó sobre la nieve y la derritió súbitamente entre los días 3 y 4 de febrero.
"El resultado fue que se agregaron la lluvia y el deshielo en cotas bajas, a razón de unos 100 litros por metro cuadrado como sucedió en Vitoria", afirma Antonio Mestre, jefe de servicio del Instituto Nacional de Meteorología.
Itoiz y Yesa
La capital alavesa se encuentra en el centro de una llanada atravesada por el río Zadorra, a donde vierten los desembalses de las presas de Urrúnaga y Ullíbarri- Gamboa. Toda el área metropolitana del Gran Bilbao y la propia Vitoria se abastecen de ellas.
Estos embalses se encontraban llenos cuando se produjo el deshielo. El sábado día 3 por la mañana la compañía eléctrica Iberdrola, que gestiona las turbinas de estas presas, alertó a Protección Civil y a la delegación del Gobierno del riesgo de inundaciones y pidió autorización para desembalsar agua. De otro modo, toda Vitoria quedaría anegada y el peligro se extendería aguas abajo, hacia Nanclares y Miranda de Ebro.
"Entraban 500 metros cúbicos por segundo y todo el caudal que sobrepase los 30 metros del curso del Zadorra provoca inundaciones. Desembalsamos 120 metros, sabiendo que se inundaría un supermercado de Eroski y toda la zona industrial del entorno", relata un directivo de Iberdrola.
La eléctrica y el Ayuntamiento de Vitoria llevan más de 10 años pidiendo que los embalses mencionados se llenen menos para evitar inundaciones, pero el Consorcio de Aguas del Gran Bilbao se niega porque prefiere no arriesgarse a quedarse sin agua.
En Navarra, la avenida del río Irati pudo ser mitigada por la presa de Itoiz, a pesar de no estar concluida. "Si hubiéramos terminado las obras en plazo y el recrecimiento del embalse de Yesa estuviera concluido, entre ambos habríamos descontado 1.000 metros cúbicos de la avenida del Ebro", asegura Fermín Molina, director técnico de la Confederación Hidrográfica del Ebro. "No tendríamos inundaciones", agrega. Molina dice que, afortunadamente, las lluvias no llegaron al Gallego. De lo contrario, el delta del Ebro sería literalmente barrido por la avenida.
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