Deutsche Bank duplica sus beneficios por la venta de activos
El año 2002 fue un año negro para los grandes bancos alemanes, pero el mayor de ellos, el Deutsche Bank, al menos ha logrado cerrar sus libros con beneficios brutos de 3.549 millones de euros, casi el doble de los 1.803 millones de euros registrados en 2001, según se conoció ayer. Después de impuestos, las ganancias sumaron 397 millones de euros, frente a 167 millones en el ejercicio anterior. Lo que a primera vista es un resultado más que satisfactorio, sin embargo, tan sólo se logró gracias a la venta de activos por cerca de 3.500 millones de euros y la reducción de un 16% de la plantilla (14.500 de 89.000 empleos, de los que, hasta la fecha, se han eliminado 11.300).
Gracias sobre todo a esta disminución de los costes (en total, los gastos administrativos cayeron en 3.800 millones de euros, un 17%), el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, se mostró ayer esperanzado de que lo peor ya ha pasado. El año 2002 había finalizado con pérdidas netas en el tercer y cuarto trimestre, de 105 y 299 millones de euros, respectivamente. "El Deutsche Bank de hoy día ya no es comparable al de hace un año", aseguró Ackermann, quien apenas en mayo pasado tomó las riendas de este banco, el mayor de Europa por total de activos.
Aparte de la venta de participaciones en entidades y empresas como Continental, Deutsche Börse o Südzucker, Ackermann ha intentado reducir los riesgos con un fuerte recorte del volumen total de créditos. Al mismo tiempo, la entidad realizó provisiones de riesgo por 2.100 millones de euros a lo largo del año, con tendencia decreciente entre el tercer y el cuarto trimestre.
Futuro sombrío
Según creen también varios analistas independientes, en princi-pio estas medidas deberían robustecer al Deutsche Bank en un ejercicio que de nuevo podría ensombrecerse con la debilidad de la actividad económica en Alemania y la amenaza de una guerra de Irak. La venta de activos (Deutsche Bank aún posee millonarias participaciones en compañías como DaimlerChrysler o RWE), por el momento, ha sido congelada en espera de una recuperación de los mercados, tal y como dejó en claro ayer Ackermann.
El presidente del primer banco alemán también dijo ayer que no piensa dimitir si se reabre un juicio contra él y varios directivos germanos por presunto cobro y autorización de indemnizaciones ilegales en la venta de la operadora germana de telefonía móvil Manesmann a la británica Vodafone.
El miércoles, el cuarto banco privado del país, el Commerzbank, había dado a conocer su primer ejercicio con pérdidas netas (298 millones de euros) en 122 años de historia. También para el número tres, el Dresdner Bank, propiedad de la aseguradora Allianz, se esperan pésimos resultados.
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