Aznar apelará al marco de la ONU en busca del apoyo de CiU y CC
El presidente trata de romper su soledad parlamentaria sin cambiar de postura
Aunque la absoluta soledad parlamentaria frente al conflicto de Irak preocupa al Gobierno, José María Aznar pretende romperla hoy con un simple cambio de acento: insistirá en que es "deseable" que haya una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, más que en que sigue considerando legal el ataque aun a falta de ese segundo pronunciamiento. Sabe, por experiencia, que eso no le bastará para atraerse al PSOE.
El objetivo de su comparecencia de hoy ante el pleno del Congreso, tras el fracaso de la reunión del pasado domingo con José Luis Rodríguez Zapatero, es lograr al menos que Convergencia i Unió y Coalición Canaria abandonen el rechazo total a la posición del Gobierno que expresaron el viernes. Fuentes gubernamentales confían en que, en política como en gramática, el cambio de un sólo acento pueda dar nuevo sentido a toda una frase.
Más allá de este detalle, el presidente del Gobierno no dejará de reiterar los elementos básicos de la posición que le ha llevado a su actual aislamiento: que el único que puede evitar la guerra es Sadam Husein, desarmándose, y que la resolución 1.441 da por sí misma suficiente cobertura legal para un eventual ataque. También defenderá la fidelidad incondicional a la cooperación antiterrorista y la prioridad de mantener una estrecha relación con Estados Unidos.
Frente a las críticas expuestas por el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de que el Gobierno "no busca el consenso, sino sólo la adhesión a las tesis de [George W.] Bush", Aznar reiterará que la posición del Gobierno español no es tan distinta de la de Francia o incluso Alemania a la hora de votar unas decisiones que, subrayará, hasta ahora, tanto en el seno de la ONU como en la UE, se han adoptado por unanimidad. El presidente español sostiene que su actitud es meritoria, en la medida en que, a diferencia de otros líderes, expresa públicamente unos principios coherentes con las opciones que defiende.
También rechazará que España haya roto el consenso europeo, y defenderá que el derecho de los nueve países firmantes de la carta pública que suscribió el pasado martes a expresar un punto de vista común sobre la situación internacional es por lo menos tan grande como el de Francia y Alemania a concertar y publicar sus posiciones sobre los grandes problemas de la UE, Irak incluido.
Aznar no admite el debate sobre si un ataque estadounidense puede ser unilateral o preventivo. Lo primero, porque Washington ha dicho que cuenta ya con 12 aliados y lo segundo, porque, afirma, la acción bélica llegaría tras 12 años de violaciones de hasta 36 resoluciones de la ONU.
Tampoco quiere que la discusión sobre las pruebas del rearme iraquí acapare la sesión parlamentaria, ya que "la carga de la prueba corresponde a Sadam Husein", según ha dicho. Pero será difícil que lo evite, dado que a la misma hora en que debate la Cámara española, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, presenta sus "evidencias" a la ONU. No se descarta que Aznar guarde algún golpe de efecto en ese sentido.
Al PSOE, le dirá, en definitiva, que su posición es más radical que la de Francia e impropia de un partido que aspira a gobernar dentro de un año, y le pedirá, como hace tres días, que apoye al Gobierno del mismo modo que el PP sostuvo a Felipe González en la guerra del Golfo, en 1991.
Zapatero tiene pensado replicar lo que ya dijo el lunes, que la situación actual tiene poco que ver con la de hace 12 años, porque entonces Sadam Husein invadió Kuwait y hubo consenso tanto en la ONU como en la UE para desalojarle. El líder socialista le exigirá a Aznar que se comprometa a no apoyar un ataque estadounidense que no quede cubierto por una nueva resolución del Consejo de Seguridad, pero no comprometerá el apoyo de su partido al Gobierno ni siquiera en ese caso.
Por lo demás, el líder socialista mantiene puntos de vista contrarios a los del presidente del Gobierno en todos los argumentos antes citados. No obstante, el contenido de su intervención quedó ayer abierto al tono, ritmo y acentos del discurso de Aznar, sobre todo desde que supo que no tendrá más que 15 minutos para replicarle.
Zapatero protestará por esta circunstancia y por la tardanza del presidente en debatir este tema ante el pleno de la Cámara. Aznar replicará que lleva ya respondidas dos preguntas directas sobre el conflicto en sesiones de control, y otra más por alusiones en un debate europeo. También dirá que la ministra de Exteriores, Ana Palacio, ha comparecido dos veces en comisión y ha hablado de Irak tres veces más en el Parlamento.
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