La candidata debuta sin 'teloneros' en Vicálvaro
La 'número tres' del PP recorrió un centro de integración social
Era su primer acto preelectoral sola, y logró congregar a más periodistas que vecinos. Ana Botella, esposa del presidente del Gobierno y número tres en la lista del PP para el Ayuntamiento, eligió ayer un centro de integración social de Vicálvaro para su estreno como candidata. Llegó, visitó el local y se fue. No hizo promesas ni ofreció soluciones. Casi nadie se las pidió. Los vecinos se contentaron con darle la mano.
Escasos 45 minutos duró el debú de Botella, que se enfrentaba a su primer acto preelectoral sin la presencia arropadora de otros cargos del PP. El lugar escogido fue el Centro de Formación Comunitaria de la calle de Estrellita Castro, en Valdebernardo (Vicálvaro), donde la Comunidad de Madrid lleva a cabo diversas actividades de integración para las familias realojadas en los últimos años en el distrito. La aspirante a concejal preguntó poco y opinó menos. Se limitó a escuchar las explicaciones de los responsables del centro y las repitió después ante la veintena de periodistas que asistió al acto.
Ana Botella llegó con 20 minutos de retraso y se topó con tres vecinas que llevaban "tres horas esperándola" sólo "por el gusto de verla". Ellas le entregaron una carta "para la señora Ana" y la candidata les devolvió una sonrisa y les preguntó si tenían hijos. Después, lo primero que vio la esposa de José María Aznar al entrar en el centro fue un pequeño mural donde alguien había escrito: "Clamor cultural por la paz" y "Contra la guerra en Irak".
No le dio tiempo a hacer comentarios. La comitiva giró velozmente a la izquierda y enfiló un pasillo en cuyas paredes colgaban paneles explicativos sobre el barrio. En uno se veía a un grupo de familias ante sus chabolas, en una fotografía antigua. "Esto es cuando había infraviviendas en la periferia de Madrid", le dijo un responsable del centro a Botella, que asentía. "En esta otra sala recibimos a las familias realojadas y les preguntamos por sus necesidades", continuó el guía. La candidata hizo algunas preguntas, como cuál es "la ratio de trabajadores sociales por habitante" y si el barrio ha "crecido mucho en los últimos años". Los empleados le contaron que un distrito como Vicálvaro, con tanta población inmigrante, es "una bomba de relojería de brotes racistas" que hay que combatir.
Después de informarse sobre la labor que realiza el centro para ayudar a encontrar trabajo a los colectivos más desfavorecidos, Ana Botella visitó durante 15 minutos el aula de apoyo para niños con necesidades de aprendizaje. Una marea de escolares salió con ella del aula y la llevó casi en volandas hasta el coche oficial, donde a la candidata ya no le dio tiempo a escuchar las protestas de algún vecino por la falta de plazas de aparcamiento. "Hay garajes del Ivima cerrados, sin usar, y nosotros sin sitio para aparcar en la calle", le contó atropelladamente el hombre. Botella lo miró con extrañeza y sólo alcanzó a preguntar: "¿Cómo dice?".
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