La juez encarcela al presunto asesino del Putxet ante los "indicios suficientes" contra él
El detenido, que ya está acusado de dos asesinatos y dos robos, pide que le explore un forense
La juez de guardia de Badalona acordó ayer el encarcelamiento de Juan José Pérez Rangel, de 24 años, al considerar que existen "indicios suficientes" de que fue el autor de los asesinatos de las dos mujeres ocurridos en un aparcamiento del barrio del Putxet de Barcelona el 11 y 22 de enero. El detenido se negó a declarar, como ya ocurrió el sábado ante la policía, pero, a petición de la fiscalía, la juez dictó prisión incondicional y sin fianza contra él como autor de dos delitos de asesinato y dos robos. A primera hora de la tarde de ayer el detenido ingresó en la cárcel Modelo.
El arrestado llegó a los juzgados minutos antes de las diez de la mañana y se acogió a su derecho a ser reconocido por un forense. El examen sobre su estado físico y psíquico duró dos horas y a mediodía pasó a presencia de la juez de instrucción número 1, en funciones de guardia. La comparecencia apenas duró 45 minutos y Pérez Rangel se acogió de nuevo a su derecho a no declarar. La fiscalía solicitó su ingreso en prisión incondicional al considerar que el atestado aportado por la policía contiene pruebas que le incriminan.
En esa breve comparecencia del detenido ante la juez la defensa solicitó la puesta en libertad de su cliente al rebatir el atestado policial. Sin embargo, la magistrada asumió la tesis de la acusación y acordó la prisión incondicional sin fianza de Pérez Rangel por entender que "existen indicios suficientes que desvirtúan la presunción de inocencia". En el auto de ingreso en prisión la magistrada le imputa formalmente ser el autor de dos delitos de asesinato y de otros dos de robo cometidos contra Maria Àngels Ribot, de 49 años, y María Teresa de Diego, de 46, los días 11 y 22 de enero, respectivamente.
Con la cara tapada
Minutos después de las tres de la tarde, con el auto de ingreso en prisión ya redactado, el detenido abandonó los juzgados de Badalona en dirección a la cárcel Modelo de Barcelona escoltado por dos furgones policiales. Fuera le esperaban un grupo de periodistas y apenas tres curiosos. "¡Asesino!", le espetó uno de ellos, que llevaba esperando su salida más de una hora. El detenido llevaba la cara cubierta con un jersey tanto cuando salió de las dependencias policiales como al abandonar el juzgado. La policía ha tenido un cuidado inusual en no mostrar su rostro para evitar la discusión sobre la validez de las ruedas de reconocimiento realizadas en las dependencias policiales y que se cuestione la veracidad de los testigos que dicen haberlo reconocido como la persona que vieron por el aparcamiento del número 28 de la calle de Bertran cuando sucedieron los hechos.
Ese reconocimiento es uno de los "indicios suficientes" a los que se refiere la juez y que constan como pruebas recopiladas en el atestado policial. También se citan en ese atestado las numerosas huellas atribuidas al detenido y que, según los investigadores, le incriminan. Una de esas huellas corresponde a la de la palma de la mano encontrada en la bolsa de basura con la que tapó la cabeza de María Teresa de Diego. Junto a ese cadáver se encontró también la huella de la suela del calzado deportivo que el detenido llevaba ese día y que fue encontrado en su domicilio familiar horas después de su detención, ocurrida el pasado jueves en Sant Adrià de Besòs cuando viajaba en un vehículo junto a su madre.
La policía asegura, además, que dispone de huellas del acusado en una de las tarjetas que robó a la segunda víctima y que se atascó en un cajero automático, así como de filmaciones de cámaras de vigilancia que coinciden en el momento en que utilizó un cajero automático para retirar 300 euros con otra tarjeta de Maria Àngels Ribot. En el cadáver de esta mujer se encontraron también cabellos y restos de piel que supuestamente corresponden al agresor y que todavía están siendo analizados para contrastarlos con su ADN.
Las dos mujeres fallecieron como consecuencia de los golpes recibidos en el cráneo en el aparcamiento del número 28 de la calle de Bertran sin otro móvil aparente que el del robo. El acusado no tenía antecedentes policiales y la policía sostiene que el acusado padece un trastorno y presenta rasgos de psicopatía porque resulta "absolutamente desproporcionado" que dos robos de bolsos, como los que se cometen a decenas diariamente en Barcelona, finalicen con la muerte violenta de las mujeres. Hasta ahora la policía sólo argumenta el supuesto trastorno del detenido para ayudar a explicar los crímenes, lo cual seguramente se convertirá en un argumento de la defensa durante la instrucción de un caso que lo acabará juzgando un tribunal popular.
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