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Reportaje:

La hemorragia bursátil de Jazztel

La operadora intenta remontar el vuelo pese al desplome de la cotización por las ventas masivas de los fondos

Ramón Muñoz

Jazztel se enfrenta a la difícil encrucijada de intentar cumplir su plan de negocio como operadora de telecomunicaciones, mientras la cotización se desploma por la continua sangría de títulos. Los fondos de inversión que canjearon sus bonos por 457 millones de nuevas acciones están protagonizando ventas masivas. Los nuevos directivos confían, sin embargo, en remontar el vuelo.

En las jornadas anteriores al 2 de enero la cotización cayó un 67% y la pasada semana los títulos perdían otro 41% de su valor
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Jazztel ha atraído siempre la atención (para bien o para mal) de los inversores desde que la operadora de telecomunicaciones fuera fundada hace cinco años por Martín Varsavsky, el emblemático empresario hispanoargentino, hoy fuera de la compañía. Cuando nació el proyecto, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) frustró sus planes de salir a Bolsa y tuvo que emigrar al Nasdaq neoyorquino. Tuvo un fulgurante estreno en el principal mercado mundial de valores tecnológicos: el primer día de cotización el 9 de diciembre de 1999 los títulos se revalorizaron un 237,7%, hasta los 58,93 dólares, y meses después la empresa llegó a alcanzar una capitalización superior a los 20.000 millones de euros. El viernes, las acciones cerraron a 0,20 euros y el valor de la empresa apenas supera los 100 millones de euros.

El pasado año fue el peor ejercicio de Jazztel. Agobiados por el pago de los elevados intereses que debían abonar a los bonistas (20 millones de euros trimestrales) y el truncamiento de sus planes de negocio, los directivos fundadores y principales accionistas, con Varsavsky a la cabeza, no tuvieron más remedio que tirar la toalla. Negociaron un acuerdo in extremis con los propietarios de bonos para canjear sus derechos (668 millones de euros) por acciones. Los nuevos dueños de la compañía, fundamentalmente fondos de inversión, pasaron a controlar el 88% del capital, y el consejo de administración. Con las cuentas saneadas y las manos libres para centrarse en el negocio, parecía que las aguas volvían a su cauce, y la Bolsa premió con fuertes subidas la nueva situación.

Sin embargo, pronto esas aguas comenzaron de nuevo a estar revueltas. Y es que, pese a que el acuerdo con los bonistas parecía impecable, tenía un resquicio que puede acabar definitivamente con la cotización por los suelos. El operador impuso una salvaguarda en el acuerdo de canje que impedía a los bonistas vender sus nuevas acciones libremente, para evitar que más de 457,3 millones de títulos salieran al mercado. Sólo podían deshacerse de sus títulos en cuatro tramos iguales del 25% en las siguientes fechas: 2 y 31 de enero; 3 de marzo y 1 de abril. Pero esa restricción ha resultado ser insuficiente a todas luces. En las cinco jornadas anteriores al 2 de enero, la cotización cayó un 67%. El mismo fenómeno se produjo la pasada semana, cuando vencía el segundo plazo, y en el que la venta de títulos ha empujado la cotización hacia abajo otro 41%. La pregunta ahora es; ¿se reproducirán las ventas en primavera cuando venzan los dos últimos plazos? ¿Aguantará Jazztel esta sangría de títulos teniendo en cuenta que ya cotizan sólo a 0,2 euros?

El nuevo presidente de Jazztel, Massimo Prelz, lanza un mensaje de tranquilidad. "Hay que diferenciar entre el balance de la Bolsa y el balance de Jazztel. Nuestra empresa es ahora mucho más fuerte. Tenemos una situación financiera privilegiada en comparación con el resto de operadores, con un balance saneado y sin deuda operativa a largo plazo. Desde que iniciamos la recapitalización de la compañía, hemos anunciado en repetidas ocasiones el posible impacto negativo que podría tener en la Bolsa la fuerte dilución; provocada, en este caso, por los 457 millones de nuevas acciones ordinarias admitidas a cotización. Hemos pasado de tener 62 millones de acciones a los 519 millones con que terminaremos el próximo 1 de abril".

Recapitalización récord

Para los nuevos propietarios de Jazztel, comenzando por Spectrum Equity, uno de los principales fondos de inversión en el mundo, especializado en telecomunicaciones, los antiguos bonistas -que ahora controlan el 88%- decidieron dar viabilidad a la compañía, en vez de disolver la sociedad y venderlo todo. "La recapitalización se ha cerrado en un tiempo récord, de apenas seis meses. Spectrum, que posee el 23% del capital, tiene plena confianza en que el tiempo dejará ver lo acertado de nuestro proyecto. De hecho, los operadores alternativos están ganando cada vez más cuota de mercado a los antiguos monopolios y la tendencia general es que continuarán haciéndolo".

Una de las tablas de salvación de la que se habló para Jazztel fue su posible fusión con Uni2, filial de France Télécom en España, con la que Varsavsky inició conversaciones, aunque las negociaciones se interrumpieron hasta que se solventara el problema de la deuda. "No se está enfriando algo que está congelado", dicen en la compañía, aunque no sin dejar de reconocer que Massimo Prelz ha manifestado públicamente que cree en la concentración del sector a medio plazo.

Los nuevos responsables de Jazztel confían en el nuevo plan de negocio, en el que se retrasa hasta 2007 la consecución de beneficios netos, cuatro años después de lo previsto inicialmente, aunque los beneficios operativos (Ebitda) estarán en negro en el segundo trimestre de 2003, un reto importante si se tiene en cuenta que sólo en el tercer trimestre la operadora perdió 41,43 millones. Los directivos intentarán ahora enderezar los resultados, aunque con un ojo puesto en la Bolsa.

Massimo Prelz, presidente de Jazztel.
Massimo Prelz, presidente de Jazztel.

A la conquista de 145.000 'pymes'

Tras la salida de Varsavsky y sus directivos, el consejo de Jazztel está controlado por representantes de los fondos de inversión y, en particular, por Spectrum, unos de los principales fondos del mundo, especializado en telecomunicaciones.

Los nuevos directivos creen que la crisis de las telecomunicaciones es coyuntural y que el potencial de crecimiento explotará tarde o temprano.

Confían en que Telefónica no va a poder seguir manteniendo una cuota de mercado por encima del 80% y, pese a otras apuestas como Auna, entienden que Jazztel puede conseguir su objetivo de convertirse en el proveedor más importante de servicios de voz, datos e Internet en banda ancha para el segmento de las pequeña y mediana empresa.

La estrategia de Jazztel pasa por el hecho de que su red propia está ya desplegada en un 90%, lo que significa que alcanzan con infraestructura propia a unos 145.000 clientes, entre profesionales y pymes, con alta utilización de servicios de telecomunicaciones.

De cara al futuro, se plantean seguir siendo muy selectivos en su negocio de acceso directo y orientarse cada vez más hacia clientes de alta rentabilidad y rápido retorno. Defienden que, en este momento, disponen de suficiente liquidez como para afrontar los gastos hasta la entrada en beneficios operativos, prevista para el segundo trimestre de 2003.

Como el resto del sector, también Jazztel ha reducido fuertemente sus inversiones, aunque acumulan un desembolso de más de 1.000 millones de euros. Jazztel ha lanzado este año una nueva apuesta comercial, que ya se probó con éxito para clientes residenciales en 2002. Por eso, confían en que la nueva oferta de llamadas gratis, para empresas y profesionales, les permita incrementar clientes de acceso indirecto, con marcación automática, en un 60%.

"Jazztel es ahora una empresa saneada, que puede operar por sí sola y que, además, tiene una situación privilegiada de cara a esa posible consolidación que podría darse en nuestro sector", dice Prelz.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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