Ainhoa
Antes del 27 de enero se oía que a Ainhoa la tenían manía por ser vasca. Varias firmas comerciales llamaban a apoyar a Ainhoa porque había que "defender lo nuestro" (¿del ataque de quién?) Una de estas firmas era la operadora telefónica vasca, que se ha embolsado buenos euros con los mensajes y llamadas para votar. Otra, una cadena de supermercados cuya kalitatea debe consistir en ofrecer sólo productos de aquí, o sea, lo único bueno.
Pero el día 28, el señor (llamémosle así) Otegi, en declaraciones a Radio Euskadi, nos devela que en realidad se trata de "un gol que nos ha metido Aznar para que todos los vasquitos animemos a Ainhoa que estará en Eurovisión en representación del Estado Español".
No me acabaré nunca de acostumbrar a las incongruencias nacionalistas. Ainhoa, yo que tú no iba y les dejaba con tres palmos de narices. Encima te atreves a decir algo que en este país no se puede decir: que no te importaría ser la segunda Rosa de España. ¡Que no te oiga nadie! Sólo espero no verte pronto con escoltas y que las cartas que recibas sean todas de apoyo y ninguna de chantaje.
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