El túnel de Santa María de la Cabeza permite ir de Atocha a la M-30 sin parar

La glorieta de Atocha quedará unida desde esta mañana por una vía rápida subterránea de casi 1.200 metros de longitud que permitirá llegar desde el centro de la capital a la M-30, a la altura del puente de Praga. Es decir, desde el centro de la capital a Toledo sin semáforos. Se trata del polémico túnel de Santa María de la Cabeza, la primera gran obra de esta legislatura que inaugura el alcalde, José María Álvarez del Manzano. Numerosos vecinos de la zona consideran que el túnel divide el barrio en dos y reclaman, con el respaldo de 4.000 firmas, un semáforo. Pero el Ayuntamiento de Madrid sólo se ha comprometido a estudiar durante dos semanas la velocidad a la que salen los coches del túnel. Después decidirá sobre ese semáforo.

La calle de Santa María de la Cabeza estrena hoy vía nueva: desde media mañana, los coches podrán circular por el túnel excavado desde la glorieta de Atocha hasta el cruce con el paseo de la Esperanza para sustituir el paso elevado que había en esa zona. Pero la solución adoptada por el Ayuntamiento para eliminar el viejo scalextric que había convertido a Santa María de la Cabeza en la calle más ruidosa de Madrid no ha convencido a los vecinos: ahora los coches no circularán a la altura de las viviendas, pero la boca de salida del subterráneo, con una agresiva mediana que ya ha sido bautizada como el muro de Berlín, obligará a muchos vecinos a recorrer varios cientos de metros para poder cruzar la calle, según Manuel Valcárcel, portavoz de las 41 comunidades de vecinos afectados.

Los grupos de la oposición (PSOE e IU) votaron en contra de la construcción del túnel, tanto porque ese tipo de infraestructuras incentiva el uso de los vehículos privados, con el consiguiente aumento del tráfico, como por el tremendo impacto ambiental que tienen las bocas de entrada y salida de los subterráneos. "Va a haber más ruido, más contaminación y más peligro", resume Valcárcel.

Para aplacar el malestar vecinal, varios miembros del gobierno municipal (la edil de Obras, Elena Utrilla, y de Movilidad, Sigfrido Herráez, así como el alcalde, José María Álvarez del Manzano) se han reunido en varias ocasiones con los vecinos. Los responsables municipales han rechazado, no obstante, atender la principal reivindicación de los afectados: la sustitución del muro por una mediana menos agresiva, con arbolado, y la instalación de un semáforo que facilite el tránsito de peatones. En favor de sus propuestas argumentan que en la zona hay varios colegios, supermecados y los enlaces con el parque de Arganzuela, que se quedan desconectados.

Radar disuasorio

Los ediles de Obras y Movilidad consideran que situar un semáforo junto a la salida del túnel es muy peligroso por el riesgo de atropellos. Según IU, ésa es la constatación de que los vecinos tienen razón al "denunciar que el paseo de Santa María de la Cabeza se ha convertido en una autovía rápida". "Los coches no pueden circular a más de 50 km/hora, y parar en un semáforo a esa velocidad no tiene por qué ser peligroso. Si hay atropellos será porque los automovilistas van demasiado deprisa ", afirma Julio Misiego, concejal de IU.

Para evitar en lo posible esos riesgos, el Ayuntamiento ha adoptado en el túnel, por primera vez, un sistema "disuasorio" para alertar a los vehículos que circulen demasiado deprisa. Consiste en una doble pantalla que recoge en la parte superior la velocidad permitida y, debajo, la velocidad a la que realmente ruedan los vehículos, transmitida por unos sensores situados en el pavimento. "Si vemos que, efectivamente, los conductores no respetan los límites de velocidad, situaremos más adelante otro radar sancionador", explica Herráez.

Además, el edil de Movilidad se ha comprometido con los vecinos a realizar, durante dos semanas, un estudio sobre la densidad circulatoria. Pasado ese tiempo, habrá una nueva reunión con los vecinos para adoptar una decisión definitiva. Simultáneamente, desde la Concejalía de Obras se va a mejorar el entorno del puente de Praga, con nueva iluminación y acondicionamiento de rampas para las personas mayores con dificultades de movilidad, como familias con cochecitos de bebés.

Mientras tanto, Santa María de la Cabeza recuperará desde hoy el tráfico de 50.000 vehículos para salir de la capital. Herraéz apunta que es posible que esa cifra se eleve en los próximos meses como consecuencia, precisamente, de la rapidez con que se va a llegar desde la glorieta de Atocha a la M-30.

La boca de entrada del subterráneo arranca a 100 metros de la glorieta de Carlos V, junto a las calles del Marqués de Valdivia y de Murcia. El túnel, que cuenta con dos carriles de tres metros y medio de ancho cada uno, ha costado 22,4 millones de euros y será el subterráneo más largo de la capital hasta que se inaugure el, actualmente en obras, que unirá el paseo de la Castellana y la N-II (carretera de Barcelona). Los trabajos de este túnel acabarán el 22 de abril, según las previsiones de Obras.