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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Otras pensiones

El objeto de esta carta es el de exponer el caso de un jubilado y sus cuitas con su pensión, ahora que en una amplia campaña de publicidad oficial se nos recuerda que, como marca la ley, los pensionistas reciben su paga por la diferencia entre el IPC del año pasado y la previsión del Gobierno.

Todos estos anuncios del "dicho y hecho", con su ficticio pensionista de calva pulida y expresión de escayola, han dado bastante que pensar en una familia como la mía, en la que hay pensionistas de los de verdad, a los que no se les pone esa cara beatífica escuchando un transistor con un aire de Cuéntame.

En esta familia hay dos pensionistas, mi madre y mi padre. A este último, un médico jubilado, dejaron de pagarle hace años la cantidad que le correspondía por haber cotizado durante 32 años a Previsión Sanitaria Nacional (PSN) una parte de sus ingresos mucho mayor que ese 2% del "dicho y hecho". Lo mismo ocurrió con todos los jubilados de PSN, tras el escándalo financiero que afectó a esta mutua a finales de los noventa y del cual informó su periódico, con unos gestores que dilapidaron el patrimonio de PSN de tal forma que se hizo necesaria la intervención de la misma y se nombraron nuevos gestores.

Desde entonces, algunos de estos pensionistas acudieron a la Administración de justicia para defender su legítimo interés, mi padre entre ellos. Les ahorraré la prolija explicación del conflicto sobre competencias, los recursos y otras maravillas administrativas, para que al final el caso volviera al mismo punto de partida, donde desde hace un año se espera la acción del juez. El resultado es que hoy, transcurridos más de cinco años sin percibir su pensión, aún no hay resolución judicial para su caso.

En octubre de 1997 mi padre el pensionista y yo escribimos una carta a este periódico, cuya publicación agradecemos, denunciando este mismo asunto. Es posible que finalmente obtengamos una sentencia favorable y podamos hablar de "dicho y hecho, aunque sea años después", si bien él opina que quizá haya que recordar al juez correspondiente que, si sigue retrasando su fallo, puede que el mejor destino de la pensión sea un buen montón de flores. Ya dije que no tiene una calva perfecta ni cara de abuelito de teleserie. Afortunadamente.

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