Iberia logró triplicar sus beneficios en 2002, pese a ser el año negro del sector
La compañía decide esta semana entre Airbus y Boeing para renovar la flota
Iberia ha logrado sortear la crisis que ha golpeado duramente a las compañías más grandes del sector. La aerolínea obtuvo un beneficio neto en torno a los 150 millones de euros en 2002, lo que supone triplicar el resultado conseguido en 2001. Iberia ha obtenido estos beneficios después de provisionar contra la cuenta de resultados parte de los 1.200 millones que va a destinar a renovar su flota. La decisión se tomará el próximo jueves, en una reunión extraordinaria de su Consejo. La empresa debe decidir entre los aviones del constructor europeo Airbus y los de su rival estadounidense Boeing.
La principal aerolínea española consiguió el pasado ejercicio un resultado histórico, si se tiene en cuenta la crisis por la que atraviesan las aerolíneas, en particular las estadounidenses, marcadas aún por el impacto de los atentados del 11 de septiembre. Como muestra de la situación cabe recordar que, entre 2001 y 2002, el sector ha despedido a más de 150.000 trabajadores.
En 2002, la compañía Iberia logró un beneficio superior a los 150 millones de euros, lo que supone más que triplicar el obtenido en el ejercicio anterior. La bonanza de los resultados ha impulsado a la aerolínea que preside Xabier de Irala a incluir en el balance de 2002 provisiones extraordinarias para la próxima renovación de su flota de largo alcance, lo que ha aminorado obviamente el beneficio neto.
Precisamente, esa decisión se adoptará esta semana. Para el próximo jueves día 30, ha convocado un Consejo extraordinario en el que se comunicará la opción elegida para sustituir a los ocho Boeing 747, los conocidos jumbos, que cubren las rutas trasatlánticas, con 400 plazas.
Decisión urgente
La decisión debía haberse adoptado a finales del pasado año, pero el Consejo de Administración celebrado el 20 de diciembre otorgó a la dirección ejecutiva y, en particular al presidente, la última palabra sobre el contrato. Entre los accionistas de la compañía están Amadeus (27,9%); British Airways y American Airlines (10%); Caja Madrid (9,99%); BBVA (7,3%); Logista (6,7%), y la SEPI (5,39%).
Airbus y Boeing se disputan el contrato. El consorcio europeo presenta el A-340 versión 600, con capacidad para 380 pasajeros, mientras que el estadounidense compite con el 777.
Aunque fuentes oficiales de la compañía han declinado hacer cualquier comentario, parece descartada la tercera opción de comprar aviones de segunda mano Boeing 747-400, los jumbos de última generación, que se había planteado como alternativa a la adquisición de aviones. Las exigencias medioambientales (en particular, las de ruido) ha inclinado a la compañía a desechar esta posibilidad.
Tampoco cuenta con muchas posibilidades la alternativa de repartir el contrato entre ambas firmas, puesto que se encarecerían los costes del mantenimiento.
La renovación de la flota intercontinental se llevará la mayor parte de las inversiones que se incluyen en el plan director 2003-2005, que prevé invertir 1.500 millones en ese periodo, para alcanzar los 300 millones de beneficio al final del mismo.
Iberia tiene previsto aumentar su oferta un 22% en los próximos tres años, un 4% en 2003, un 6% en 2004 y un 12% en 2005. El plan director contempla también medidas de ahorro de costes, hasta alcanzar un objetivo del 15% el tercer año, y una mejora de la utilización de la flota de un 9%.
Además de la adquisición de los aviones de largo alcance, Iberia pretende retomar la fórmula del wet lease, consistente en el alquiler conjunto de los aviones y la tripulación, que la compañía desechó tras los atentados del 11-S. El plan director prevé que la flota llegue a los 170 aviones en 2005 frente a los 145 actuales.
En 2002, la aplicación del plan anticrisis motivó que la oferta de la compañía, medida en asientos / kilómetro, se redujera en un 5,2%, mientras que la demanda en pasajeros / kilómetro disminuyó un 2,2%. Los buenos resultados de 2002 se produjeron tras la caída de pasajeros en un 8,57%, aunque por la disminución de la oferta, la ocupación creció un 2,21% y se situó en el 73,1%.
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