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Reportaje:

Del campus a casa de Bugs Bunny

Algunos licenciados en Bellas Artes optan por el autoempleo y la creación de empresas como salida profesional

El tirón de proyectos salidos de la ciencia ficción, como son los parques temáticos, plantea la superposición de sensibilidades y esferas distantes: la del arte y la del negocio. Y no sólo eso. Porque algunos estudiantes con una intrincada salida al mundo laboral, como son los licenciados en Bellas Artes, y especialmente las mujeres, aprovechan la coyuntura para erigir sobre esta parcela de la tematización un negocio artístico. Éste es el caso de Tidart (Tematització i decoració artística), una empresa valenciana creada por cinco socios, cuatro de ellos recientemente licenciados en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia. En año y medio esta firma ha sido distinguida por el Instituto Valenciano de la Juventud (Ivaj) como la mejor empresa joven, y Bancaixa ha premiado con 12.000 euros su plan de empresa, la herramienta para iniciar el negocio. Para su elaboración recurrieron al programa Ideas de la universidad, que el año pasado vio nacer a 32 iniciativas empresariales, tres de ellas premiadas.

Recién titulados por la Politécnica, cuatro jóvenes valencianos crean la escenografía de parques temáticos madrileños

"Al principio se hace muy cuesta arriba cuando te hablan del terreno fiscal, laboral y contable, porque no tenemos formación en esto. Una vez constituidos como empresa, buscas una gestoría, pero cuando comienzas es importante contactar con la universidad y otros centros especializados", advierte Jesús Galindo, el socio autodidacta que se dedica a gestionar esta parcela, por no poseer la titulación de Bellas Artes. Carmen Tortosa, Pablo Lorenzo, Rebeca Catalá y Jordi Gamón son los que imaginan y diseñan las piezas.

"Cuando sales de Bellas Artes da la impresión de que o bien te dedicas a pintar cuadros, u optas por la rama audiovisual que ahora está muy de moda. El autoempleo es otro camino", dice Carmen Tortosa que recién titulada trabajó creando esculturas para Terra Mítica. Hasta allí arrastró a su compañero de estudios, Jordi Gamón, más especializado en pintura, con quien coincidió además en una beca Erasmus. Cuando finalizaron la faena en el parque temático rescataron a otros colegas para fabricar sus proyectos en torno a Tidart. Tortosa explica que desde la marca pretenden cubrir todos los sectores de la escenografía efímera y permanente, tanto para un espacio interior como exterior. La difusión de la tematización, es decir, la técnica de ornamentar un espacio sobre un contenido con elementos naturales, históricos y tradicionales, mediante morteros, les abrió camino y supone una de las partes más importantes.

Arrancaron precisamente creando a mano y en directo la cueva de Bugs Bunny para el parque temático de la Warner Bros en Madrid. Diez meses de trabajo para proyectarlo y para lo que hubo que contratar a más personas. En estos momentos, Pablo Lorenzo, Rebeca Catalá y Jordi Gamón trabajan en el parque de invierno Madrid-Xanadú, un complejo de ocio de 125.000 metros cuadrados, que acogerá una de las pistas cubiertas de esquí más grandes de Europa con la ventaja de abrir todo el año. Allí diseñan las rocas, el cielo y simulan la nieve. "Es verdad que a veces tienes que sacrificar la parte más artística de la carrera, por la comercial", confiesan los dos socios en Valencia, "pero cuando montas una empresa tienes que salir adelante". No obstante, hacen hincapié en sentirse complacidos de todos los proyectos acometidos hasta la fecha. Con respecto a las demandas de los clientes hacen distinciones: los particulares y pequeñas empresas suelen dejarse guiar por los artistas, en lugar de presentar un boceto clausurado de lo que quieren. Es ahí donde estos creadores y emprendedores descubren su vena más artística. Para ellos han diseñado stands vanguardistas y rincones naturales, con cascadas, rocas, baldosas y fuentes. También proyectaron libremente las esculturas femeninas de corte clásico que embellecen el parque central de Albacete, encargadas por el Ayuntamiento. "Como empresa es más rentable que te proporcionen el diseño porque ahorras tiempo, aunque es más gratificante hacer nuestros propios diseños", puntualiza Tortosa, quien aplica los conocimientos aprendidos en la carrera a diario. Porque esencialmente, a excepción del cemento, se trabaja con materiales empleados en el aula, resina y otros componentes para revestir sus propias creaciones con el mínimo coste y la mejor calidad. "Para recubrir una pared se puede elegir una superficie de ladrillo, o un modelado a mano. Las posibilidades de una empresa que se dedica a la tematización en una ciudad son muchas, aunque hay concursos de los que ni te enteras", revela Galindo. Y ahí entra en juego la universidad. La segunda fase del programa Ideas, nacido hace once años, posibilita que estos jóvenes entren en contacto con ayuntamientos u otras entidades. Tidart también se dirige a la universidad para formar estudiantes en prácticas.

Otras empresas de la Universidad Politécnica premiadas por Bancaixa en 2002 por el mejor plan de empresa han sido Proinfag, una empresa de ingeniería centrada en temas de calidad y medio ambiente, y Aquazoe, que fabrica biomasa de placton marino y de agua dulce que se utiliza para la alimentación de peces en centros de investigación y oceanográficos. Todas ellas han abierto sus puertas a las nuevas posibilidades de negocio que afloran en la ciudad.

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