La CAM y el Banco de Valencia vaticinan que 2003 será un año difícil
Los buenos resultados de ambas entidades se apoyan sobre los créditos a particulares
La recuperación económica que el Gobierno o el Consell asumen como un hecho a partir del segundo trimestre de 2003 no parece tan evidente para los responsables de la CAM y del Banco de Valencia. Los responsables de ambas entidades presentaron ayer buenos resultados con un aumento de beneficios netos en torno al 12% en 2002. Pero unos y otros vaticinaron que 2003 será otra cosa. La CAM recortó su crecimiento hasta el 4% o 5%. Julio de Miguel, presidente del Banco de Valencia, auguró "un año difícil".
A la vista de los resultados presentados ayer, la segunda caja y el primer banco de la Comunidad Valenciana superaron con tino el complicado ejercicio de 2002. La CAM logró unos beneficios netos de 199,5 millones de euros, que supone un aumento relativo del 12,9% respecto a 2001, un crecimiento que sus directivos calificaron como "significativo".
El Banco de Valencia, cuya dimensión no es comparable, acumuló un beneficio neto de 66 millones de euros, un 11,9% mayor que el año anterior. "Mejores y mayores" que la competencia, según Julio de Miguel.
Buena parte del crecimiento de ambas entidades, a pesar de su diversa naturaleza, se sustenta sobre el notable crecimiento de la inversión crediticia, es decir, sobre los créditos concedidos a particulares. Y entre las distintas modalidades de crédito, la estrella fue la hipoteca.
Los créditos a clientes que concedió la CAM aumentaron un 17%, impulsados por los deudores con "garantía real". Los que concedió el Banco de Valencia crecieron un 18,6%, pero sobre todo los destinados a "la adquisición de vivienda", que crecieron un 38,1% y representan un 45% del total.
Pero el crecimiento futuro de las hipotecas guarda relación con la producción de vivienda, que ya se ha frenado de manera notable y amenaza un pilar básico del crecimiento de ambas entidades en los últimos años.
Ayer, en Alicante, los dirigentes de la CAM pusieron de manifiesto sus dudas respecto al relanzamiento de la economía al fijar su previsión de crecimiento para 2003 en torno al 5%, muy por debajo del 12,9% registrado el año pasado.
Pero el recorte en la estimación de beneficios cobró su auténtica dimensión cuando Roberto López, director general de la CAM, celebró el aumento de beneficios en 2002 "pese a ser un año tremendamente complicado para el sector", que finalizó sin "materializarse las expectativas de recuperación económica". El ejecutivo anticipó que es probable una disminución de los resultados en el conjunto del sector de cajas a tenor de los datos de la competencia conocidos y correspondientes al tercer trimestre. Y añadió: "Hemos entrado en 2003 con importantes nubarrones sin despejar todavía".
López abundó en las tesis de los expertos que vaticinan un relazamiento de la economía a partir del segundo semestre de 2003, pero recordó: "Aunque todo este escenario está supeditado a la evolución del conflicto con Irak". De ahí que la entidad haya optado por la moderación a la hora de estimar las previsiones de crecimiento para 2003. "Para 2003, hemos presupuestado un aumento importante, pero no exagerado, entre el 4% y el 5%", dijo.
Los responsables del Banco de Valencia evitaron precisar sus estimaciones de crecimiento para 2003. Alegaron que debían someterlas antes a los miembros del consejo y los accionistas. Pero Julio de Miguel se permitió augurar que 2003 será "un año difícil". Domingo Parra, consejero delegado, recurrió a un símil marinero para expresar la misma incertidumbre: "Será un año de timón muy fino".
Las dudas sobre el inmediato futuro que expresaron las direcciones de ambas entidades contrastan, además, con los indicadores de eficiencia, la relación entre fondos invertidos y beneficios, que en ambos casos fueron muy buenos en 2002.
Y se suman a las recomendaciones de moderación y prudencia que ha reiterado el Banco de España como consigna general a todas las entidades a la hora de ofrecer sus últimos resultados.
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