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PATRIMONIO CULTURAL

Polémica bajo el Conde Duque

La instalación de una atrevida estructura escénica sobre el techo de la Hemeroteca Municipal inquieta a sus trabajadores

El Centro Cultural Conde Duque alberga en su patio norte una instalación de grandes dimensiones. Se trata de la denominada Caja suiza, un proyecto para innovar el ámbito escénico y artístico de este recinto cuartelario del siglo XVIII, atribuido a Pedro de Ribera. La instalación quedará culminada en tres semanas, funcionará hasta noviembre y albergará cinco exposiciones de arquitectura efímera y virtual. Mide unos 10 metros de altura por 20 de profundidad y 30 de longitud.Consiste en una estructura rectangular asentada sobre un bastidor de madera diseñado por el estudio arquitectónico Beboux-Bender, de la ciudad helvética de Lausanne. Suiza es el país invitado este año a protagonizar la feria de arte Arco 2003. El estudio fue elegido entre los arquitectos del país alpino menores de 40 años. La Caja recibirá a miles de visitantes en estos meses. Su montaje responde a una apuesta de Juan Carrete, director del Centro Cultural Conde Duque, con fama de innovador: "Es un proyecto ilusionante para romper los estrictos límites que nos impone el rígido espacio del cuartel", dice. Hasta aquí, todo normal. Las dificultades han surgido tras decidir los responsables de la instalación perforar ocho anclajes -ayer llenos de agua- en el suelo del patio norte, justo encima del techo de la Hemeroteca Municipal dispuesta debajo mismo en dos grandes plantas.

"Con certeza, es la mejor hemeroteca en español que existe y una de las mejores del mundo", dice el director de este centro, Carlos Dorado. "Alberga tesoros sin parangón desde el siglo XVII hasta ahora" añade. Sus fondos se calibran en 300.000 volúmenes. Hoy Dorado se muestra preocupado: "No sé... pero esa instalación tan grande, aquí, justo encima de una hemeroteca de esta importancia histórica, no me da tranquilidad", asegura.

Tampoco se muestra tranquila Matilde López Adán, maestra y funcionaria, que desde hace 29 años rige el magno archivo de publicaciones en el que también laboran dos funcionarios más. "Mire", señala hacia anaqueles recién ahuecados de colecciones como la del Diario de Barcelona, completa desde octubre de 1792: "El peso de la instalación de arriba les ha obligado a reforzar urgentemente aquí abajo ocho pilotes para impedir que el suelo del patio nos hunda el techo encima". Y añade: "¿Con qué seguridad voy a enviar yo por estos pasillos a las cuatro jovencitas de prácticas que nos envía el Ayuntamiento?", dice con angustia.

Rafael Merino, concejal del Grupo Municipal Socialista-Progresistas, en carta a Fernando Martínez Vidal, concejal de Educación, Cultura y Deportes, le dice: "Te pido que paralices estas obras que están agujereando el techo de la Hemeroteca Municipal antes de que tengamos que lamentar una inundación o un desplome del edificio, que no sólo tendría consecuencias sobre los fondos históricos, sino que podría causar desgracias a las personas que allí trabajan".

Mar Moralejo, arquitecto de la Sección de Programación y Dirección de Obras de Rehabilitación de Edificios Protegidos de Gerencia de Urbanismo, escribía el 7 de enero: "La dirección facultativa responsable del montaje del pabellón de referencia goza de la cualificación precisa para dicha dirección y reconocido prestigio profesional, por lo que no se entra a valorar las instrucciones técnicas referidas a la idoneidad del propio edificio". Alfonso Cano, codirector facultativo, aclara: "Los ocho pilotes, cuatro por planta, han sido reforzados para afrontar la sobrecarga de la Caja suiza, encamisándolos y reprotegiéndolos contra el fuego. No hay nada que temer".

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