Mérito Naval

El pasado sábado 11 de enero de 2003 leí en este periódico una noticia que me dejó perpleja; aparecía con el título Trillo impone a Alperi la Cruz del Mérito Naval por su afición al mar. Tuve que volver a leerlo para estar segura de que mis ojos no me habían jugado una mala pasada. Una vez me repuse de la emoción que me causó la sorprendente noticia, por lo que de maravillosa y de gran interés tiene para la humanidad, me puse muy contenta, qué digo contenta, contentísima diría yo.

Como también soy aficionada al mar espero impaciente que el señor Trillo me imponga la misma insignia, se lo agradecería de todo corazón. Pero eso sí, desearía que cuando me la imponga por favor no corte el tráfico rodado en varias calles del centro de Alicante, que ya está bastante colapsado. Tampoco es necesario que haga un desfile militar con miembros de los tres ejércitos y banda de música incluida, en mi caso además se ahorrará sus buenos euros, ya que no será necesario invitar a autoridades civiles, castrenses ni religiosas. Y, por supuesto, tampoco dar un ágape.

En todos los puertos deportivos de esta provincia hay gran cantidad de barcos y todos sus patrones son aficionados al mar y muchos de ellos salen a navegar bastante más que el, desde ahora, excelentísimo señor alcalde. Entonces me pregunto ¿qué cualidad tiene el señor Alperi que no tienen los demás aficionados al mar? Ser de su mismo partido político. ¿No cree el señor Trillo que últimamente el PP está perdiendo los papeles y que las condecoraciones de la Armada están saliendo muy baratas.