Pujol acusa a Aznar de romper el pacto de la transición sobre España

José María Aznar volvió ayer a realizar una defensa cerrada del marco constitucional y arremetió contra los nacionalismos durante una alocución a cargos públicos del PP vasco. "Saben muy bien que, frente a las libertades de todos, no va a imponerse ninguna obsesión identitaria; que la tribu no va a derrotar a la sociedad civil y que el mito étnico no prevalecerá sobre la razón democrática", dijo en la sede del PP. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acusó a Aznar de estar rompiendo el pacto de la transición sobre España.

Mientras en la Diputación Permante del Congreso la oposición reclamaba la presencia de Aznar para debatir sobre el eventual ataque a Irak y la crisis del Prestige, el presidente explicaba a los representantes del PP vasco las razones de figurar en el último puesto de la candidatura popular al Ayuntamiento de Bilbao. Lo hizo con un discurso muy duro contra los nacionalismos y descalificatorio de los posiciones socialistas favorables a una reforma limitada de la Constitución. A estos les reclamó que se definan por una "alternativa por la libertad" frente al nacionalismo vasco en las próximas elecciones.

Precisó que ha aceptado la propuesta del cabeza de lista del PP para el Ayuntamiento de Bilbao, Antonio Basagoiti, porque "siempre" se ha tomado "muy en serio los problemas del País Vasco" y porque "lo seguirá haciendo, dado que las adversidades de Euskadi" estarán siempre presentes entre sus preocupaciones.

Su intervención, que también marcó la pauta de su mensaje ante las próximas elecciones, estuvo plagada de ataques a los nacionalistas. Exhortó a los representantes del PP vasco a resistir las descalificaciones de quienes "no superan sus complejos, que ya son seculares, y que se dedican a la búsqueda inagotable y estéril de los modelos de Estado", y también frente a quienes consideran la Constitución "un arreglo transitorio o un borrador sin vigencia alguna". Les instó a no extrañarse frente a los que buscan su "desaparición del escenario político" para imponer "el mito étnico y la tribu". En una alusión más directa al PNV, señaló que "nadie nos va a convencer ni va a jugar a desbordar la Constitución y el Estatuto por la arbitraria y frívola vocación de dinamiteros de quienes desprecian las reglas del juego democrático y no soportan la pluralidad".

Alternativa al nacionalismo

También emplazó a los socialistas a reeditar para las elecciones municipales la "alternativa democrática" frente al nacionalismo vasco apuntada en las últimas elecciones autonómicas vascas. "Se puede apostar con todas las consecuencias por una alternativa de libertad en el País Vasco, o bien una fuerza política puede aspirar a desempeñar otro papel". "En esa encrucijada", agregó, "hemos hecho una apuesta clara por una alternativa razonable, porque está en la lógica democrática frente al fracaso político y social que tanto fascina a los actuales gobernantes autonómicos vascos".

Aznar sostuvo que "ni los negros augurios, ni los cantos de sirena, ni la retórica con la que algunos intentan encubrir sus oscuros propósitos van a hacer que cedamos un sólo centímetro del terreno ganado por el Estado de Derecho y por la sociedad después de tantos años de sufrimiento".

En Bruselas, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se declaró "sorprendido por la agresividad, que llega a ser irracional, del señor Aznar" frente a los nacionalismos. Aseguró que "ya hace tiempo" existe una campaña en ese sentido, y añadió: "Hay una voluntad clara, incluso en el seno del Tribunal Constitucional, para ir rompiendo, y eso es grave, el acuerdo del país, en este caso el acuerdo de España, que se fraguó en los años de la transición". Pujol agregó que el presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, tiene una visión "radicalmente reductora" de las autonomías. "Me parece que forman parte de una misma escuela y de una misma campaña".

Según Pujol, existe "una amenaza", "un enfriamiento" de ese pacto de la transición. "Todo eso entra en una cierta crisis", insistió, antes de calificar de "sorprendente y penoso" lo que los ciudadanos han escuchado tanto al presidente del Tribunal Constitucional como a José María Aznar, a quien tachó de hacer comentarios "muy desbocados". "Lo veo muy desenfrenado al señor Aznar. Un día son los guetos, otro día las tribus, otro las etnias, otro día es discutir la condición democrática de mucha gente. Yo era demócrata mucho antes que él. Podemos aportar todas las pruebas de pureza democrática remontándonos a nuestros orígenes. Pero, en realidad, es un poco penoso ver esto".

El líder catalán reconoció que, hace mil años, como afirmó Jiménez de Parga, la civilización árabe era superior a la de los demás pueblos de España. "Nosotros, los cristianos, éramos analfabetos, vestíamos todavía con pieles de oso, y no nos lavábamos, mientras en Andalucía había gente muy brillante. Tiene razón", comentó el presidente de la Generalitat. Pujol señaló que desde hace 800 o 900 años esa cultura y civilización superior no ha hecho más que retroceder.