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España es el país de la UE más caro para crear una empresa y el segundo más lento

La Comisión Europea pide reformas urgentes para superar el déficit de empresarios

A la economía europea le faltan empresarios. La Comisión Europea pedirá mañana a los gobiernos de la UE, en un documento que se presentará en la cumbre del 21 de marzo en Bruselas, que se eliminen urgentemente las barreras administrativas que disuaden de la creación de empresas. En este sentido, España es el país donde los costes son más elevados y el segundo en el que el proceso es más lento. Bruselas advierte de que, así, será muy difícil convertir a la UE en la economía líder mundial en 2010 y crear los 15 millones de puestos de trabajo necesarios para alcanzar el pleno empleo.

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Las barreras al "espíritu emprendedor" siguen siendo muy grandes en la UE. Las condiciones que se exigen para la creación de nuevas empresas son demasiado estrictas y rígidas. Y eso sin hablar del coste en tiempo y dinero necesario para poder arrancar el negocio. En España, la situación es, en este sentido, mucho peor a la media europea. Hasta que una nueva empresa cumple todas las formalidades que se le exigen para registrarse, se necesitan normalmente 24 días. Es justo el doble que la media de la UE y tan sólo superada por Italia, con 35 días.

Y cuando se habla de costes obligatorios en euros, España se pone a la cabeza en solitario. En el cuadro utilizado por la Comisión Europea para representar este indicador, la barra española se sale incluso del marco. Lo normal en la UE es de unos 250 euros de media, mientras que en España se llega hasta los 1.572 euros. Le siguen de lejos Italia, con 800 euros, y Grecia, con 750 euros. El resto de países se sitúa por debajo de los 100 euros, salvo Luxemburgo (150 euros).

Estructura fiscal compleja

Todo esto provoca que apenas un 15% de los europeos que algún día pensaron convertirse en empresarios haga realidad sus aspiraciones. En la actualidad, tan sólo un 4,5% de los ciudadanos europeos está dando pasos para lanzar su primer negocio, frente al 13% de EE UU. Sin contar con la complejidad de la estructura fiscal. Son algunos ejemplos que explican el déficit empresarial que sufre hoy la UE.

Pese a esto, todos los países europeos han registrado en los últimos años tasas netas "positivas" de natalidad de nuevas empresas, que van desde el 0,2% en Bélgica hasta el 6% en Irlanda, pasando por el 2% en España. Pero no es suficiente, según Bruselas, para alcanzar el objetivo del tan vociferado pleno empleo y hacer de la UE la economía más competitiva del mundo en 2010, de acuerdo con lo pactado en la cumbre de Lisboa hace tres años y de Barcelona hace uno.

Es necesario "dinamizar" la creación de nuevas empresas, advierte la Comisión. Se calcula, además, que un tercio de las firmas existentes en la actualidad necesitarán de nuevos propietarios durante la próxima década.

La Comisión aprobará mañana un paquete de iniciativas con vistas a crear "un ambiente" propicio que permita desarrollar el espíritu emprendedor para la creación de nuevas empresas, especialmente en el ámbito de las pymes, y hacer crecer a las existentes. Éstos son los puntos principales de las medidas elaboradas por los servicios del comisario de Empresa, Erkki Liikanen:

- Barreras administrativas. Los trámites administrativos son el mayor obstáculo a la creación de nuevas empresas. A los países con los costes de registro más altos, como España, Italia y Grecia, se les invita a que "los reduzcan" con urgencia. A la vez se propone la creación de unos centros de registro, como los que ya existen en Portugal, a los que los futuros empresarios puedan acudir para registrar con facilidad sus empresas y recibir a la vez asesoramiento. También se propone a los Quince la posibilidad del registro de las empresas a través de Internet, como ya se hace en los países nórdicos. Esto permitirá simplificar y acelerar los procedimientos para que las empresas puedan nacer sin trabas.

- Financiación. Las dificultades que tienen las nuevas empresas para acceder a los préstamos bancarios se hacen cada vez más difíciles. La Comisión propone que las instituciones financieras faciliten la concesión de micropréstamos, como ya se hace en Alemania, España y Suecia. Y a la vez se pide a los gobiernos que creen un "clima fiscal más favorable" para las inversiones en pequeñas empresas.

- Insolvencia. La posibilidad del fracaso es otro de los motivos que desanima a los europeos a la hora de lanzarse a la aventura empresarial. La legislación es, además, muy severa en este ámbito. Bruselas propone que se facilite una segunda oportunidad a los empresarios "honestos" después de la bancarrota y que se modifique la normativa de tal forma que no sea muy estricta en las fases iniciales del negocio, para que se puedan "rescatar" ante problemas temporales o liquidarlas con rapidez.

- Empleo. La protección que da la legislación laboral a los empleados penaliza mucho la creación de nuevas empresas por los elevados costes sociales y laborales, según Bruselas. Para ello se vuelve a reiterar que es necesario "aliviar" los impuestos para las pymes, como ya se está haciendo en Bélgica, Dinamarca, Irlanda o Reino Unido.

- Educación y Formación. Bruselas urge a los Estados miembros a que fomenten el espíritu emprendedor desde la escuela primaria y secundaria. Existen iniciativas en este sentido en países como Grecia, donde se han creado unas empresas virtuales o incubadoras en las que los estudiantes pueden poner en práctica la teoría.

- Mujeres. Se pide a los Quince que se eliminen las "discriminaciones" que dificultan a la mujer acceder al mundo empresarial, especialmente las derivadas de la falta de confianza y de información. Esto sin contar con los problemas a la hora de conciliar el trabajo con la vida familiar, según recoge el informe.

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