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Los huelguistas de las ambulancias de Navarra se plantean endurecer el paro

Los sindicatos comparecen el martes en el Parlamento navarro para exponer sus demandas

A punto de cumplir las dos semanas de duración, la huelga que mantienen los 232 trabajadores del transporte sanitario de Navarra corre serio riesgo de endurecerse. Los empleados de ambulancias de la comunidad foral debatirán mañana, lunes, en una asamblea la posible adopción de medidas más drásticas para reivindicar la "dignificación" de su convenio laboral.

Desde el inicio del paro, el pasado día 7, sólo se atienden las urgencias. No se efectúa ni un solo traslado programado de enfermos a los centros hospitalarios. Tampoco se atienden las altas médicas de los pacientes ya intervenidos, lo que ha colpasado los dos mayor hospitales públicos de la región. La plantilla en paro mantendrá la atención de urgencias, pero baraja realizar una huelga a lo Sintel, con medidas de presencia permanente en la calle que mañana serán concretadas. Los huelguistas amenazaron días atrás con darse de baja en bloque de sus propias empresas para eludir la obligatoriedad de cumplir las urgencias.El Gobierno foral se ha visto obligado a trasladar a enfermos a bordo de vehículos de la policía navarra, cuya unidad antidisturbios vigila la actuación de los piquetes. Los bomberos y Cruz Roja se negaron a atender la petición del Ejecutivo para que trasladasen a enfermos.

Los pacientes que lo desean o pueden costearse el gasto acuden o abandonan los hospitales en ambulancias privadas o en taxis que pagan de sus bolsillos. El Departamento de Salud les reembolsa después el gasto. Unas 250 personas deben acudir a diario a los hospitales para recibir terapia, diálisis o realizar rehabilitación. Los dos principales centros sanitarios de Navarra, el Hospital de Navarra y Virgen del Camino, ambos en Pamplona, han estado colapsados, con una ocupación del 100%, y casi sin camas libres en las unidades de cuidados intensivos o planta. Cada día de estancia hospitalaria le cuesta a Salud 222 euros.

Los huelguistas se mantienen unidos alrededor de un comité de huelga (UGT, CCOO, ELA y LAB) que sostiene una postura conjunta en la que no ha habido fisuras. Con una media salarial de 691 euros mensuales, sin pluses de nocturnidad o festivos y con una flota de vehículos envejecida y que, según las centrales, incumple en muchos casos la legislación vigente en seguridad, los huelguistas mantienen su determinación de no volver a trabajar hasta que la Administración foral, garante de los conciertos económicos que permiten subsistir a las empresas del sector, acceda a aumentar los presupuestos dedicados al servicio, cifrados en 5,1 millones de euros en 2002.

El Departamento de Salud se niega a intervenir alegando que la ley foral de Contratos le impide modificar las condiciones de los concursos de adjudicación. Las empresas ofrecen a sus empleados un aumento equivalente al IPC (36 euros). Los trabajores, que consideran "ridícula" la oferta, exigen un incremento lineal del 37% sobre su sueldo base y sostienen que los estrechos márgenes de los conciertos les obligan incluso a "robar" material sanitario en los hospitales para poder prestar el servicio.

El Gobierno ha denunciado ante el fiscal la actitud de los sindicatos, que comparecerán ante el Parlamento navarro el martes para explicar sus demandas.

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