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Reportaje:

Uralita entra en su año cero

La compañía se prepara, tras la toma de control de los Serratosa, para una reorganización que la haga más rentable

Cristina Galindo

Atrincherada tras su legión de compañías industriales, Uralita ha centrado sus esfuerzos en los últimos años en una invasión más allá del mercado español. El grupo químico y de materiales de construcción llegó a Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Estados Unidos..., animado por sus ambiciones de expansión internacional. Ahora, hace un alto en el camino. Bajo la tutela de la familia Serratosa, nuevos accionistas de referencia a través de Nefinsa, la empresa está dispuesta a someterse este año a una cura de salud, incluida la venta de activos no estratégicos y la reorganización interna, y sobre todo revisará a fondo sus planes de futuro.

La nueva cúpula del grupo desvelerá en junio un plan estratégico que establecerá si finalmente se vende Aragonesas, su punto más vulnerable

Habrá que hacer sacrificios, aunque sea a costa del beneficio neto de este año, mientras la nueva cúpula cambia el plan estratégico. Ésta es la filosofía que conducirá en 2003 la gestión del grupo, integrado por multitud de empresas que abarcan desde la fabricación de aislantes hasta cubiertas, tejas y ladrillos, pasando por cerámica y sanitarios y productos químicos. "Hay que poner orden", indican fuentes de Uralita. Pero el cash flow operativo será mejor que en 2002 y la política de dividendos se ha mantenido, al menos de momento.

Tras la reestructuración, el resultado mejorará en 2004, según afirmó este mes Javier Serratosa, presidente de Uralita después de que el brazo inversor de su familia ganara en noviembre el 47% del capital con una oferta hostil que le costó 179 millones de euros. Para lograrlo, se pondrá en marcha una operación de limpieza, que contempla pequeñas desinversiones, ventas de activos inmobiliarios y fusiones dentro de una misma división de sociedades participadas al 100%.

Pero las líneas maestras serán una incógnita hasta que Uralita desvele en junio un plan estratégico a cinco años. Según las mismas fuentes, éste fijará el "modelo de empresa" y los objetivos de cada negocio. Con él en la mano, "se tomarán las grandes decisiones", sobre todo si al final se vende Aragonesas, la rama química del grupo y, dicen los analistas, su punto flaco. Para estas "grandes decisiones", Nefinsa buscará la aprobación de las cajas de ahorro, que mantienen el 23% del capital (Caja Duero y otras agrupadas bajo Atalaya Inversiones).

El plan estratégico también fijará la política futura de retribución a los accionistas. Uralita repartió este mes un dividendo a cuenta de 2002 de 0,12 euros, idéntico al del ejercicio anterior. Los siguientes pagos se establecerán en función de los resultados y del plan estratégico.

Uralita, fundada hace un siglo por el industrial catalán José María Roviralta y fabricante del popular pladur, ha tenido que enfrentarse en los últimos años a la competencia de rivales más grandes. El resultado neto cayó un 38% en 2001, aunque la anterior cúpula preveía una recuperación de hasta el 40% en 2002. Su currículo bursátil no da para muchas alegrías: las acciones han perdido la mitad de su valor entre 1997 y 2002. En ese periodo, la deuda se ha multiplicado por ocho, hasta unos 500 millones, sobre todo por el coste de sus planes de internacionalización (el 50% de la facturación proviene ya del exterior). Se trata de un nivel alto de endeudamiento para una compañía con un valor en Bolsa cercano a los 380 millones, pero aún no constituye "un peligro", según José Antonio Nafría, de Beta Capital.

Ante este panorama, los analistas consideran que los elementos clave que debe clarificar el plan estratégico son dos y están relacionados con el punto débil (química) y fuerte (materiales, menos sanitarios) del grupo.

Así, queda pendiente qué hacer con Aragonesas, que se mueve en un mercado, el químico, muy cíclico. "Para crear un grupo más coherente, debería racionalizar sus áreas de negocio, porque existe un potencial de ahorro de costes grande, y vender Aragonesas", señala Nafría. La operación proporcionaría, además, dinero fresco para reducir deuda, añade Gonzalo Moros, de Ahorro Corporación.

También hay que ver qué pasa con la división de aislantes que los antiguos gestores compraron en septiembre a la alemana Pfleiderer por 203 millones. En principio, esta adquisición no disgusta a la cúpula actual. "La inversión encaja con la anterior estrategia de apostar por los aislantes", explica Gonzalo Moros. Sin embargo, la crisis alemana puede pasar factura.

Estas incógnitas deben despejarse cuanto antes. "Estamos a la espera", explica Moros, "porque la evolución operativa no ha sido muy buena en los últimos trimestres, por debajo de las previsiones". Pero los analistas coinciden en que los Serratosa tienen experiencia en el sector -funda-ron Valenciana de Cementos hace 75 y la vendieron en los noventa- y quizás a Uralita le vendrá bien que un accionista fuerte "tome las riendas".

Los Serratosa no tienen prisa. Su propio dinero está en juego, la mejor motivación, dicen, para trabajar por los beneficios. Con calma, 2003 será de transición.

Un consejo para ganarse al inversor

De los 11 miembros que componen el Consejo de Administración de Uralita, cuatro son independientes. La compañía ha nombrado a Javier Echenique, consejero de Telefónica Móviles y ex director general del BBVA, en una muestra de que el grupo intenta ganarse la confianza de los inversores. A la cúpula también se han incorporado José Manuel Serra Peris, presidente de Menta, consejero de Auna y de Ence, y ex secretario de Estado en el Ministerio de Industria hasta mayo de 2000; Jesús Quintanal, consejero delegado de Aegon, e Ignacio Olleros, ex socio de Arthur Andersen. Completan el consejo cinco representantes de Nefinsa y dos de las cajas de ahorro (Atalaya Inversiones y Caja Duero).

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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