Los informes médicos abandonados contienen datos personales y clínicos confidenciales
La dirección de hospital Puerta de Hierro releva del cargo a la jefa del archivo
Los informes de alta de más de 1.500 pacientes del hospital Puerta de Hierro fueron encontrados el miércoles tirados en un contenedor de papel reciclado situado en un callejón junto al centro sanitario. La documentación incluye los datos personales y médicos de los pacientes ingresados en el hospital en marzo y abril de 1998. Joaquín Estévez, gerente del centro, anunció ayer una investigación sobre lo que considera "un error en la interpretación del procedimiento de eliminación de los documentos". La jefe del servicio de archivo ha sido destituida, según la Consejería de Sanidad.
"Intoxicación medicamentosa, probable intento autolítico [de suicidio]. Esquizofrenia paranoide". Éste fue el diagnóstico que recibió un hombre de 31 años tras ingresar en el hospital Puerta de Hierro en marzo de 1998. Había llegado inconsciente tras consumir muchos tranquilizantes y fue tratado por los servicios de Medicina Interna y de Psiquiatría. Dos semanas después, el paciente abandonó el centro hospitalario con el alta bajo el brazo.
El pasado miércoles, menos de cinco años después de su ingreso, el nombre y los apellidos de este enfermo -junto a su fecha de nacimiento, teléfono de contacto, número de afiliación a la Seguridad Social y otros datos personales- fueron encontrados en el interior de un contenedor de plástico destinado a recoger papel para ser reciclado. El contenedor está situado en un callejón que da acceso a los almacenes del hospital, situado en la calle de San Martín de Porres. Junto al de este enfermo psiquiátrico, los informes de alta de entre 1.500 y 2.000 pacientes estaban almacenados en cuatro grandes carpetas azules. Algunos papeles estaban tirados en el asfalto ya que el contenedor estaba lleno.
Un hombre, que no quiso facilitar su identidad, telefoneó a la redacción de EL PAÍS alertando sobre el abandono en la vía pública de la documentación confidencial. Un periodista acudió al lugar y comprobó que la denuncia era cierta.
Incineración
La dirección del Puerta de Hierro anunció ayer la apertura de una investigación para aclarar el asunto. Joaquín Estévez, que dijo que tuvo conocimiento de lo sucedido por EL PAÍS, explicó que todos estos documentos estaban destinados a ser incinerados o triturados en el circuito interno de eliminación de residuos. "En el procedimiento de eliminación ha habido alguien que no ha actuado correctamente", admitió Estévez. Éste añadió que la investigación emprendida está destinada a averiguar si trás el hallazgo hay algún sector del hospital que pudiera estar interesado en perjudicar a la actual dirección del Puerta de Hierro.
Todos los documentos -en cuya cabecera figura el título Hoja de Codificación- corresponden a pacientes que pasaron por el hospital en marzo y abril de 1998 y que recibieron asistencia médica en cualquiera de los servicios que tiene el Puerta de Hierro. Los informes incluyen todos los datos personales que permiten identificar a los enfermos y cómo contactar con ellos.
Anotados a lápiz, y utilizando el científico vocabulario del personal sanitario, en los papeles pueden leerse los diagnóticos hechos por los facultativos del centro. También los tratamientos recibidos y, en algunos casos, las medicinas recetadas a los pacientes tras su vuelta a casa.
Entre las enfermedades que revelan los informes están algunas de las que más pueden violentar el derecho de los pacientes a la confidencialidad en los tratamientos médicos recibidos, como el sida, la hepatitis, las enfermedades psiquiátricas y la esterilidad en el caso de las mujeres.
Un paciente del servicio de Medicina Interna, nacido en 1970, ingresó en el hospital en la primavera de 1998 y fue dado de alta seis días después. Sufría "infección [por] sida, hepatitis C, anemia, absceso glúteo, embolia séptica e insuficiencia renal". Fue sometido a un ecocardiograma y a un "drenaje de los abcesos". En el informe se hace constar que el enfermo no llevaba consigo su tarjeta de identificación sanitaria, pese a lo cual recibió todos los tratamientos necesarios.
La inmensa mayoría de los pacientes tenían su lugar de residencia en Madrid y así se hace constar en el informe con las palabras "Seguridad Social-Madrid". Pero otros procedían de otras comunidades autónomas, como un castellanomanchego de 33 años que ingresó en coma en marzo de 1998. Murió dos días después aquejado de "alcoholismo activo crónico y hemorragia subaracnoidea" y tras ser sometido a un "TAC craneal y ventilación mecánica".
En algunos casos, además, es posible saber dónde trabajaban los enfermos, ya que así se hace constar en el informe. Es el caso de otro enfermo de alcoholismo que acudió al Puerta de Hierro porque trabajaba en una empresa pública que tiene un convenio suscrito con el hospital para atender a sus empleados. Fue dado de alta en abril tras permanecer ingresado dos semanas.
Los documentos también revelan los problemas de fertilidad de varias pacientes del Puerta de Hierro, con edades comprendidas entre los 33 y los 38 años.
También puede conocerse qué pacientes tenían problemas con las drogas ilegales. Uno de ellos ingresó en el Puerta de Hierro en marzo de 1998 "por episodio maniaco con episodios psicóticos", según consta en el informe médico. El paciente fue atendido por el servicio de Psiquiatría y él mismo comunicó a los facultativos que era "consumidor de cannabis y alucinógenos".
A otra mujer, que también fue atendida por los psiquiatras del hospital, le diagnosticaron "personalidad borderline, alcoholismo y abuso de cannabis". Otro hombre, de 38 años, sufría problemas cardiovasculares debido a su drogodependencia a la cocaína. Durante su estancia en este hospital público, los médicos descubrieron que el sistema inmunitario del paciente estaba afectado por el sida.
"Hace ya dos años que dejé la cocaína"
"Sorpresa", "incredulidad", "indignación" y "rabia". Éstas fueron las reacciones que dominaron entre la decena de pacientes contactados por este diario y cuyos informes médicos fueron encontrados el pasado miércoles en un callejón junto al hospital Puerta de Hierro.El enfado de los pacientes, sin embargo, está en relación a la gravedad de las enfermedades sufridas y a los prejuicios que algunos sectores de la sociedad tienen frente a las personas que las padecen. Una mujer de 38 años intervenida de un quiste benigno en abril de 1998, declaró que "estas cosas no deberían ocurrir porque no está bien que cualquiera pueda tener acceso a una información tan íntima". Más contundente fue la madre de una joven que sufre síndrome de Down y que fue operada de cataratas en el Puerta de Hierro hace casi cinco años. "Esto es un desprecio para los pacientes del hospital, especialmente para los enfermos más vulnerables, como es el caso de mi hija. Me produce un gran dolor y una gran pena que estos papeles estén tirados en la calle de esta forma", manifestó la mujer.El hallazgo de los informes médicos hizo estremecer a quienes en el pasado han tenido problemas con las drogas. "Es verdad que yo tomaba cocaína, pero a quién le importa esto ahora", declaró un hombre de mediana edad. "Bastantes problemas he tenido por culpa de ello. Hace ya dos años que lo dejé y estoy consiguiendo tener una vida normal, aunque sólo yo sé lo que cuesta". "Es para matar al culpable de esto", sentenció el afectado, que pidió que no se difundiera ningún dato "ni la edad, ni las iniciales, ni nada", que permita su identificación.
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