La familia de uno de los muertos en el calabozo de Málaga critica a la policía
Tras el incendio, el PSOE pide que se revise la seguridad en las comisarías
El séptimo fallecido como consecuencia del incendio de los calabozos de Málaga dejó ayer de ser anónimo. Murió el martes, se llamaba Mohamed el Bakali, era carpintero en paro y vivía en Río Martín (Tetuán), donde nació hace 26 años. Sus tíos acudieron a Málaga para recoger el cadáver, acusaron a la policía de tratar "como animales" a los inmigrantes que fueron víctimas de las llamas y anunciaron que se personarán en el procedimiento penal abierto por el incendio.
Mohamed murió tras 18 días de agonía en el Hospital Carlos Haya de Málaga, en donde le habían amputado la mano izquierda y varios dedos de la derecha, le habían tratado graves quemaduras en la cara y le habían hecho trasplantes de piel del muslo al brazo, aunque nada pudo salvar su vida. Sus tíos Jadiya, Abdesalam y Ahmed el Jaydi, residentes en España, reclamaron ayer en Málaga "que se haga justicia, porque sólo los muertos, Dios y la policía saben lo que ha pasado, y la policía no lo cuenta".
Abdesalam, que vive en Mallorca desde hace 32 años y trabaja en la construcción, intentó en reiteradas ocasiones disuadir a su sobrino de venir a España clandestinamente. "Cuando le ofrecí por primera vez venir me dijo que me trajera a su hermano Riduan, y ahora le advertí que el trabajo estaba muy mal en España, pero él en Marruecos no sacaba ni 10 euros, ni seis, ni uno y me decía: aquí no hay futuro, no quiero vivir muerto de hambre".
"No sabíamos que se iba a meter en una patera. Si lo llegamos a saber, no le dejamos. Ni siquiera sabemos cómo consiguió pagar a las mafias, porque él no tenía dinero", afirma Jadiya, que trabaja en una farmacia en Barcelona.
Insiste en que la policía "metió a los 17 en un calabozo, como a burros; y nadie les auxilió, ni intentó apagar el fuego y eran personas humanas, no animales". La madre de Mohamed, Fátima, que vive en Río Martín y no habla español, estuvo ausente de la conferencia de prensa. Sus hermanos le han ocultado hasta ahora que su hijo ha muerto. Abdesalam insistió en que "la policía no quiere decir la verdad". Y pidió "a la democracia española que haga justicia".
Apoyada por la ONG Málaga Acoge, la familia se va a personar en el procedimiento penal, para pedir responsabilidades al Estado. El juzgado número 9 de Málaga no les permitió ayer llevarse el cadáver de Mohamed. Fuentes judiciales precisaron que todavía hay pendientes informes forenses solicitados por el juez.
Por su parte, el PSOE reiteró que el ministro del Interior, Ángel Acebes, debe comparecer con carácter urgente en el Congreso para informar y pidió que se cree una comisión para evaluar la seguridad en las comisarías españolas.
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