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Columna
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Alcoy, ciudad digital

La idea de convertir Alcoy en una ciudad digital, que ha propuesto el alcalde, Miguel Peralta, es excelente. De lograrse tal cosa, daría, sin duda, un gran impulso a la localidad. Según afirman los expertos, el futuro pertenece a la sociedad de la información, y en algunas ciudades avanzadas, como Barcelona, se trabaja ya en esa dirección. Con esta propuesta, Miguel Peralta ha demostrado ser un hombre inquieto, preocupado por el porvenir de su ciudad.

Ahora, no sé yo si ha escogido la compañía adecuada para realizar el proyecto. Desde luego, yo me lo habría pensado antes de asociarme con el Ministerio de Ciencia y Tecnología o con Infoville, en un negocio de esta clase. De la mano de esos socios, la posibilidad de que los alcoyanos realicen un día sus trámites municipales mediante un ordenador, la veo algo lejana. Y quien dice los trámites municipales, dice fijar cita con el médico o cualquier otra obligación que uno deba atender.

Ya sé que el ministerio de Ciencia y Tecnología está para ocuparse de estos asuntos, pero es evidente que sus responsables no muestran un gran interés en ello. Promesas sí que han hecho; pero hasta hoy, las realidades han sido escasas. ¿Recuerdan ustedes los millones de euros que se iba a gastar la señora Birulés en promover la sociedad digital? Y es que el Ministerio de Ciencia y Tecnología se asemeja a uno de esos agujeros negros en los que todo desaparece.

La eficiencia que la señora Birulés había demostrado en la empresa privada, y de la que todo el mundo se hacía lenguas, se esfumó nada más sentarse en su despacho. Igual sucedió con la sagacidad exhibida por el ministro Piqué en Ercros, de la que nunca más hemos vuelto a saber. En cuanto a Infoville, cualquiera puede comparar la propaganda oficial de la empresa con la realidad digital de las poblaciones en que ha intervenido. Basta conectar el ordenador y teclear su dirección.

En este proyecto para convertir Alcoy en una ciudad digital, yo advierto, además, un error de planteamiento. Pretende estimular a los ciudadanos, pero no dice una palabra de apremiar a la Administración. Y es la Administración quien debe ponerse al día en el uso de las tecnologías y desarrollar los programas adecuados para que los utilicen los ciudadanos. Si el producto es bueno, el ciudadano acudirá. Tal vez haya que darle un empujón, de acuerdo, pero acudirá. En el momento que los alcoyanos no deban pasar por la ventanilla para arreglar sus asuntos municipales y puedan resolverlos con un clic de ratón, verá usted como se animan, señor Peralta.

En cuanto a la aplicación de la telemedicina, como pretende el proyecto, uno tiene poco que decir. Desde luego, sería estupendo que el doctor nos recetase mirándonos la garganta a través del ordenador, sin movernos de la cama. Por desgracia, todavía hay que recorrer un largo camino para llegar a este punto. Mientras hacemos la travesía, no estaría de más que nuestros hospitales pudieran atender como se debe a sus pacientes, sin demoras ni esperas excesivas, como sucede en la actualidad. Ya me dirán ustedes de que nos sirve pedir cita con el médico a través de internet, si no puede recibirnos hasta meses después.

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